A sus 34 años y con trece temporadas como jugador NBA a sus espaldas, se podría decir que Pau Gasol está viviendo una de sus mejores momentos a nivel individual desde que aterrizó en Memphis en 2001.
Las dos últimas temporadas en los Lakers fueron un calvario para el español, tanto individual como colectivamente. Parecía que las lesiones y los frecuentes vértigos que sufría comenzaban a dirigir su carrera hacia un final que parecía cada vez más próximo.
Sin embargo, en los partidos previos al Mundial de baloncesto que se disputó en España el pasado verano, pudimos disfrutar de nuevo de sus característicos movimientos y su privilegiada visión del juego desde la pintura. Si bien el resultado del campeonato fue cuanto menos decepcionante, Pau se mostró sólido y constante, realizando siempre buenos números y disputando muchos minutos.
Y, finalmente, llegó el cambio. Cambio de equipo, de ciudad y de conferencia. Tras más de seis temporadas, Gasol dejó Los Ángeles como agente libre para jugar en Chicago, en uno de los mejores fichajes de este verano según los expertos. Llegaba para aportar veteranía, suplir la salida de Boozer y acabar de completar el buen juego interior que ya existía con Noah y Gibson. Ahora, veinte partidos más tarde, no solo se puede asegurar que esté cumpliendo el papel que se le había dado en un principio, sino que se puede afirmar que está siendo uno de los líderes más destacados del equipo.
Es el segundo máximo anotador con más de 20 ppp (muy cerca de su mejor marca), el máximo reboteador con casi 12 rpp y el máximo taponador cerca de los 2 tapones por partido, además de tener el tercer mejor porcentaje de tiros de campo (48.6%). Con él, los Bulls llevan un 64.7% de victorias, mientras que de los tres partidos que no ha disputado, dos acabaron en derrota. La pizarra de su nuevo entrenador, Tom Thibodeau, la compenetración con Rose, Noah y Gibson y, el ya tan comentado desnivel entre ambas conferencias pueden haber sido factores que hayan favorecido esta mejora de rendimiento.
Iremos viendo a lo largo de la temporada si tanto los Bulls como Gasol consiguen mantener el ritmo y llegar a la lucha por las últimas rondas de los Playoffs.
Las dos últimas temporadas en los Lakers fueron un calvario para el español, tanto individual como colectivamente. Parecía que las lesiones y los frecuentes vértigos que sufría comenzaban a dirigir su carrera hacia un final que parecía cada vez más próximo.
Sin embargo, en los partidos previos al Mundial de baloncesto que se disputó en España el pasado verano, pudimos disfrutar de nuevo de sus característicos movimientos y su privilegiada visión del juego desde la pintura. Si bien el resultado del campeonato fue cuanto menos decepcionante, Pau se mostró sólido y constante, realizando siempre buenos números y disputando muchos minutos.
Y, finalmente, llegó el cambio. Cambio de equipo, de ciudad y de conferencia. Tras más de seis temporadas, Gasol dejó Los Ángeles como agente libre para jugar en Chicago, en uno de los mejores fichajes de este verano según los expertos. Llegaba para aportar veteranía, suplir la salida de Boozer y acabar de completar el buen juego interior que ya existía con Noah y Gibson. Ahora, veinte partidos más tarde, no solo se puede asegurar que esté cumpliendo el papel que se le había dado en un principio, sino que se puede afirmar que está siendo uno de los líderes más destacados del equipo.
Es el segundo máximo anotador con más de 20 ppp (muy cerca de su mejor marca), el máximo reboteador con casi 12 rpp y el máximo taponador cerca de los 2 tapones por partido, además de tener el tercer mejor porcentaje de tiros de campo (48.6%). Con él, los Bulls llevan un 64.7% de victorias, mientras que de los tres partidos que no ha disputado, dos acabaron en derrota. La pizarra de su nuevo entrenador, Tom Thibodeau, la compenetración con Rose, Noah y Gibson y, el ya tan comentado desnivel entre ambas conferencias pueden haber sido factores que hayan favorecido esta mejora de rendimiento.
Iremos viendo a lo largo de la temporada si tanto los Bulls como Gasol consiguen mantener el ritmo y llegar a la lucha por las últimas rondas de los Playoffs.