El problema de las Conferencias

Cualquier aficionado a la NBA sabe que el nivel no está bien distribuido en la liga. Que la exigencia que tu equipo tiene depende de dónde se encuentre su ciudad en el mapa de los Estados Unidos. Con treinta equipos y un mapa tan grande como el norteamericano, se decidió que se debían dividir. La segmentación elegida fue la actual. Quince equipos por conferencia, cada una dividida en tres divisiones.

Organización de los 30 equipos en conferencias y divisiones

El problema surge cuando el nivel de ambas conferencias es muy desigual. Esta temporada estamos asistiendo a una nueva muestra de la superioridad de la Conferencia Oeste sobre su homóloga del Este. Cerca del ecuador de la temporada regular, el número de equipos de la Conferencia Oeste con récord positivo es más del doble que el de la Conferencia Este. Nueve y cuatro, respectivamente.

La Conferencia Este, además de estar en segundo lugar, sufre una situación de monopolio. Indiana y Miami se sitúan en lo alto de la clasificación sin que nadie les tosa. Del segundo puesto, propiedad de Miami, al tercero hay ocho partidos y medio de diferencia. Los mismos que entre el primero y el octavo en la Conferencia Oeste. Cabe destacar la realidad que están viviendo los Memphis Grizzlies. La franquicia de Tennesse se encuentra novena en el Oeste con un récord de 20-19. Con ese registro estaría empatado con los Raptors en el tercer puesto del Este.

La inferioridad de la Conferencia Este se puede deber a muchos motivos. La lesión de jugadores importantes como Derrick Rose (Chicago Bulls), Tyson Chandler (New York Knicks) o los partidos que se ha perdido Deron Williams (Brooklyn Nets) puede ser una causa. Estas lesiones han influido directamente a estos tres equipos. Franquicias que estaban en la mayoría de quinielas de principio de temporada como aspirantes a combatir los primeros puestos de la conferencia, y que ahora mismo se encuentran con récord negativo.

Aunque ha habido esperanzas de que la situación cambiara en los últimos años. La migración de Carmelo Anthony, Deron Williams, Carlos Boozer, Tyson Chandler o Nenê Hilario a equipos del Este motivaron la idea de que habría cambios en el poder. Pero nada más lejos de la realidad.

Viene de lejos

La búsqueda de porqués de esta desigualdad no es nueva. La superioridad del Oeste ha sido motivo de debate en los últimos años en la NBA. Desde el cambio de milenio, únicamente en la temporada 2008-09 la Conferencia Este superó al Oeste en porcentaje de victorias. Se debe a la temporada que hicieron en su momento Cleveland Cavaliers, Boston Celtics y Orlando Magic, que ahora se encuentran en pleno proceso de reconstrucción.

Según Marc Stein en declaraciones para ESPN, la visión de inferioridad que se tiene sobre el Este está vigente desde que Jordan dejara definitivamente los Bulls. “No es la mejor excusa para quince años, pero el Este ha sido considerado más débil que el Oeste en casi cada temporada desde que Michael Jordan ganara su último campeonato con los Bulls en 1998.” Desde ese momento, solo cinco veces ha ganado el campeonato un equipo del Este.

Múltiples han sido las quejas por partes de los equipos del Oeste que no se clasificaron para playoffs a pesar de tener mejor récord que equipos que sí se clasificaron en la Conferencia Este. El caso más sonado de los últimos años es el de los Warriors en la temporada 2007-08. Golden State se quedó sin playoffs tras ganar 48 partidos en temporada regular, su segunda mejor marca en los últimos veinte años. Esa marca le habría valido para entrar en postemporada en la cuarta posición del Este.

Como curiosidad está el caso de Monta Ellis. Fue el segundo máximo anotador de los Warriors en la 2007-08 tras Baron Davis. Ellis no pudo disfrutar de la postemporada por no ganar dos partidos más, cuando el octavo puesto del Oeste se quedó en 50 victorias. Y el año pasado cuando militaba en los Milwaukee Bucks disputó los playoffs ganando 38 partidos en la temporada regular.

Algo parecido le pasó a Steve Kerr, integrante de los Bulls del segundo three-peat y ex General Manager de los Phoenix Suns. Lo contaba para USA Today: “cuando estuve en Phoenix, ganamos 46 partidos en 2009 y nos perdimos los playoffs. Eso nos hubiera valido para un quinto puesto en el Este ese año." Kerr tampoco cree que las desigualdades sean flor de un día. “El Oeste ha sido mucho más fuerte desde hace más de una década. El cambio se produce cuando O’Neal deja Orlando y va a Los Ángeles. Y no solo Shaquille. Phil Jackson también recayó en los Lakers y se convirtieron en dominantes. Además los Spurs dieron en la tecla, y de repente tienes dos franquicias dominantes en el Oeste. Pero además todos en el Oeste competían y drafteaban bien.”

Kobe defiende a LeBron en el All-Star de 2013

Los datos certifican esta desigualdad. En las últimas siete temporadas (con la excepción de la del lock-out), el promedio de victorias del octavo clasificado en la Conferencia Este es de 38,9 por las 46,4 que han sido necesarias en el Oeste para seguir compitiendo después de abril.

Entonces, ¿por qué sigue vigente la distribución en conferencias? La eliminación de las conferencias resultaría agotadora en cuanto a los desplazamientos en postemporada. Una serie de siete partidos requiere muchos viajes. Una primera ronda con un enfrentamiento entre Portland y Toronto, situadas a más de 4000 kilómetros de distancia, dejaría a ambos equipos exhaustos tras tanto vuelo.

Ian Levy, integrante de USA Today Sports Digital Properties, opinó sobre el tema: “entiendo la frustración de los aficionados de los equipos del Oeste, que saben que su equipo quizá se pierda los playoffs simplemente por la zona en la que se encuentra la ciudad. Pero este es uno de esos problemas cuya solución conlleva más caos que el propio inconveniente. Aunque esta temporada parezca que hay un desequilibrio extremo, el balance entre conferencias está siempre supeditado a cambios cíclicos. Recolocar el talento, reajustar las conferencias o cambiar los formatos de playoffs serían ajustes demasiado drásticos con impactos que durarán más que las memorias de este miserable Este”.

Danny Nowell, de TrueHoop Network, aboga por lo contrario. “Se deberían abolir las conferencias. Eso significaría recortar la temporada y aumentar los días entre partido y partido. Me gustaría que se jugaran menos partidos, situarlos mejor en el calendario y eliminar la necesidad de la existencia de las conferencias. Así se recogerían los beneficios de un descanso adicional para los jugadores.”

El famoso ‘tanking’

Muchos equipos de la Conferencia Este están siendo objetivos de sospecha por parte del mundo del baloncesto por realizar un supuesto tanking. Esto se refiere a "dejarse" ganar para acumular derrotas y tener más probabilidades de conseguir un número alto en la próxima lotería del Draft. La figura de Jabari Parker o Andre Wiggins no pasa desapercibida en la NBA, y los equipos estarían dispuestos a tirar la temporada por conseguir los servicios de unos jugadores con futuro potencial All-Star. Por esta razón, la liga está meditando si abolir la lotería e implantar un sistema cíclico de 30 años en el que cada equipo tenga una vez la primera elección.

Precisamente la nombrada lotería del Draft no se ha portado mal con la Conferencia Este en los últimos años. De los últimos catorce sorteos, hasta en diez ocasiones el número uno ha ido a parar a un equipo de dicha conferencia. No hay mala suerte que justifique la decadencia del Este.
Y esos jugadores escogidos en el primer lugar tampoco tienen motivo de queja. Debido al bajo nivel de su conferencia, llegar a jugar en postemporada es más sencillo en teoría. El perfecto escaparate ante el mundo del baloncesto y una prueba para demostrar sus capacidades ante los mejores equipos.

Eso sí, no los mejores de la liga. Porque este formato de playoffs provoca que no se clasifiquen los 16 mejores de la liga, sino los 8 mejores de cada conferencia. Este año David Stern dejará su puesto de comisionado de la NBA después de 30 años a Adam Silver. Habrá que ver si este tema preocupa al señor Silver y si le pone solución de alguna forma.