El 22 de Octubre de 1964 en la ciudad de Sibenik, Yugoslavia, nació un genio al que sus padres llamaron Drazen Petrovic. El yugoslavo era conocido como el genio de Sibenik, ciudad de la costa de Croacia. Allí se enamoró del baloncestoy de la mano de Aleksandar, su hermano mayor, reveló su enorme talento y su carácter ganador. Cuando tenía 13 años entró en la cantera del BC Sibenka, donde con 15 años ya jugaba con el primer equipo. Sus entrenadores en la etapa de formación aseguran que Petrovic no era el mejor pero sí el más exigente, luchador y siempre con una mentalidad ganadora. Así, se fijaría en él la Cibona de Zagreb, donde junto a su hermano Aleksandar formaría un juego exterior de leyenda y llegaron a marcar una época en el basket europeo. En la primera temporada con la Cibona de Zagreb ganó una liga y copa yugoslava y la Euroliga contra el Real Madrid. En la siguiente ganaron de nuevo la Euroliga, encontrándose en la final a Arvydas Sabonis del Zalgiris Kaunas.
En 1988 Drazen Petrovic firmó con el Real Madrid, donde jugó su primera y única temporada en España. En el club madrileño ya destacaba el español Fernando Martín, Johnny Rogers o José Biriukov. Petrovic ya sabía que el Madrid tenía esa rivalidad con el Barça de Norris, Solozábal o Epi. La liga se la llevo el club catalán pero en la Copa del Rey gracias a los 27 puntos de Petrovic consiguieron llevarse la final contra el Barcelona. Poco después en ese mismo año consiguió la Recopa ante el Snaidero Caserta, aportando ¡62 puntos! y forzando la prórroga para después proclamarse campeones.
Drazen Petrovic motivado por el interés de los Portland Trail Blazers fichó por ellos y abandono España. Los de Oregón pagaron 1.500.000 dólares por su rescisión de contrato y así pudo unirse a los Trail Blazers en la temporada 1989-90. El equipo estaba formado por buenos jugadores como Terry Porter o Jerome Kersey, pero si alguien destacaba, ese era Clyde Drexler.
Este jugaba de su misma posición y por eso Petrovic se tenía que conformar con jugar 12 minutos por partido. Además Petrovic vivió un calvario en Portland, ya que su entrenador, Rick Adelman (actualmente en Minnesota Timberwolves), no confiaba en él. Petrovic forzó su traspaso a New Jersey Nets y Portland lo cambió por una futura ronda de draft.
Su última etapa en la NBA fue en los New Jersey Nets, donde jugó junto a un equipo joven y con futuro fue aumentando sus capacidades y fue haciéndose un hueco en la mejor liga de baloncesto del mundo. En su primera temporada con los de New York respondió a las expectativas que le ponía el club promediando 12,6 puntos por partido. Pero el verdadero salto en sus estadísticas se produjo en la temporada 1991-92, donde Petrovic pasó de promediar 12,6 puntos a promediar 20.6, liderando al equipo en esta estadística y convirtiéndose así en el jugador franquicia del equipo. Drazen aún quería más y en su siguiente temporada en la NBA, en la de 1992-93 promedio 22.3 puntos. Ese mismo verano de 1993 Drazen Petrovic viajó a Polonia para la concentración de la selección croata y con ellos jugó el pre-europeo. Los croatas tenían que viajar dirección a Zagreb pero Drazen prefirió ir hasta allí en coche junto a su novia, Klara Szalantzy y junto a una jugadora de baloncesto turca, Hilal Ebedel. Petrovic condujo unos kilómetros y después le cedió el turno a su novia Klara. Drazen estaba durmiendo, y sin cinturón en el asiento del copiloto, cuando su coche se encontró de cara con un camión. Klara intentó frenar pero no pudo y aquel terrible accidente se llevo la vida del genio, que falleció de forma inmediata.
Drazen Petrovic tenía todo lo necesario para convertirse en una leyenda del baloncesto americano. Cuando ocurrió el accidente no tardaron en llegar las reacciones y las muestras de dolor y de apoyo a su familia y amigos. Compañeros y rivales se acordaron de él y actualmente un mausoleo y un museo en Zagreb recuerdan a la leyenda croata.
GRACIAS PETROVIC
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