Una vez finalizada la temporada 2013-14 en la que los Spurs se proclamaron campeones, la liga afrontaba un verano que se presuponía histórico. Una de las causas, el atractivo del cambio de franquicia de jugadores importantes de la liga, acabando el ciclo ganador de los Heat y provocando la aparición de nuevos aspirantes al título. Por otro lado, esta nueva temporada es la primera que ha comenzado sin que el comisionado de la NBA sea David Stern desde que llegara en la temporada 1984-85. Por último, las ganas que había de ver a la nueva hornada de jugadores que esperaba su llegada a la competición profesional a través del Mock Draft 2014.
La expectación por ver los nombres de Andrew Wiggins o Jabari Parker en un uniforme NBA aumentaba por momentos. La celebración del draft el 26 de junio no hizo sino aumentar las ganas de ver de qué eran capaces estas promesas con los mayores.
Los hechos más destacables de la pretemporada de esta generación de actuales rookies fueron el traspaso que acabó cambiando a Andrew Wiggins de un proyecto ilusionante como el de los Cavs por el que parece que seguirá más años a la deriva de los Wolves. En tan poco tiempo como integrante de la liga, el 'lobo' novato ya había sufrido un traspiés y se percató de que el rol que poseía en la universidad de Kansas no iba a ser por ahora el mismo en la NBA. Otra de las noticias más relevantes fue la lesión de Joel Embiid, que tras una fractura en el pie derecho le sería comunicado que iba a estar un largo tiempo en el dique seco. Una historia muy parecida a la de Nerlens Noel, que ha llegado a debutar esta temporada tras ser elegido en el 2013. Posteriormente, en el primer partido de Los Angeles Lakers, Julius Randle se convirtió en el segundo herido grave del grupo de rookies con su fractura de tibia.
En numerosas ocasiones se comparó el potencial de esta generación con algunas de las mejores de la historia de la competición, como la de 1984 ó 2003. Pero como se suele decir, las comparaciones son odiosas.
El rendimiento del comienzo de temporada de los integrantes de este último draft se podría ser calificado como pobre. Y algún que otro calificativo más duro también sería aceptado. Tras algo menos de un cuarto de la campaña trascurrida, solo dos rookies tienen dobles dígitos en anotación, Andrew Wiggins y Jabari Parker con 12,6 y 11,7 puntos en 29,5 y 29,7 minutos, respectivamente. El siguiente en la lista ya es Bojan Bogdanovic con 9,6. Y es que el promedio de la media en anotación de los diez primeros del draft (excluyendo a Embiid y Randle) es de 6,9 puntos por partido. Muy lejos de los del 84, cuyas primeras diez elecciones a finales de año tuvieron un 12,4 en la misma estadística. Tampoco han estado cerca de los del 2003, quienes tuvieron un 11 como promedio.
Además, de estos diez primeros de 2014, solo dos han visto a su equipo empezar con más victorias que derrotas. Únicamente Jabari Parker, número 2, en los Bucks (9-7) y Nik Stauskas, número 8, en los Kings (9-6). El resto conoce mejor la amargura de la derrota, como Wiggins, que salió de un proyecto a priori ganador y acabó recalando en Minnesota en lo que supuso la escapada de Kevin Love a Cleveland. Otros como Aaron Gordon y Dante Exum viven la misma situación, pero además con menor importancia en la rotación de los Magic y Jazz, con 15 y 18,3 minutos por encuentro, respectivamente.
Precisamente la falta de minutos que están teniendo los novatos es la principal causa de su poca aportación. Solo un jugador juega al menos 30 minutos (Bojan Bogdanovic), y diez superan los 20. Las franquicias no confían por el momento en ellos, quienes se esperaban una llegada a la liga menos complicada por el caché que muchos tenían en el campeonato universitario.
También hay que mencionar que una serie de nombres han visto lastrado su comienzo en la competición por problemas físicos. Los casos más evidentes son los nombres de Joel Embiid, cuya baja es indefinida tras la fractura en su pie derecho, y de Julius Randle, que tendrá un largo periodo de rehabilitación en su tibia. Pero a la lista también se unen Marcus Smart, que tras cinco partidos se torció el tobillo izquierdo y todavía no ha reaparecido, y Noah Vonleh, a quien le diagnosticaron una hernia tras dos encuentros jugados.
Por unas razones o por otras, la nueva generación de hombres que formarán la liga durante los próximos años, no está dando el rendimiento esperado tras la expectación que se creó antes de su llegada. También es cierto que es muy pronto para juzgar, y les queda tres cuartos de temporada regular para demostrar si sus nombres serán los que dominen la mejor liga del mundo en los próximos años, o simplemente serán jugadores de relleno de sus plantillas.
La expectación por ver los nombres de Andrew Wiggins o Jabari Parker en un uniforme NBA aumentaba por momentos. La celebración del draft el 26 de junio no hizo sino aumentar las ganas de ver de qué eran capaces estas promesas con los mayores.
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Jabari Parker y Andrew Wiggins en el enfrentamiento del miércoles entre los Bucks y los Wolves. |
Los hechos más destacables de la pretemporada de esta generación de actuales rookies fueron el traspaso que acabó cambiando a Andrew Wiggins de un proyecto ilusionante como el de los Cavs por el que parece que seguirá más años a la deriva de los Wolves. En tan poco tiempo como integrante de la liga, el 'lobo' novato ya había sufrido un traspiés y se percató de que el rol que poseía en la universidad de Kansas no iba a ser por ahora el mismo en la NBA. Otra de las noticias más relevantes fue la lesión de Joel Embiid, que tras una fractura en el pie derecho le sería comunicado que iba a estar un largo tiempo en el dique seco. Una historia muy parecida a la de Nerlens Noel, que ha llegado a debutar esta temporada tras ser elegido en el 2013. Posteriormente, en el primer partido de Los Angeles Lakers, Julius Randle se convirtió en el segundo herido grave del grupo de rookies con su fractura de tibia.
En numerosas ocasiones se comparó el potencial de esta generación con algunas de las mejores de la historia de la competición, como la de 1984 ó 2003. Pero como se suele decir, las comparaciones son odiosas.
El rendimiento del comienzo de temporada de los integrantes de este último draft se podría ser calificado como pobre. Y algún que otro calificativo más duro también sería aceptado. Tras algo menos de un cuarto de la campaña trascurrida, solo dos rookies tienen dobles dígitos en anotación, Andrew Wiggins y Jabari Parker con 12,6 y 11,7 puntos en 29,5 y 29,7 minutos, respectivamente. El siguiente en la lista ya es Bojan Bogdanovic con 9,6. Y es que el promedio de la media en anotación de los diez primeros del draft (excluyendo a Embiid y Randle) es de 6,9 puntos por partido. Muy lejos de los del 84, cuyas primeras diez elecciones a finales de año tuvieron un 12,4 en la misma estadística. Tampoco han estado cerca de los del 2003, quienes tuvieron un 11 como promedio.
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Lista de los máximos anotadores rookies en este comienzo de temporada regular. Fuente: nba.com |
Además, de estos diez primeros de 2014, solo dos han visto a su equipo empezar con más victorias que derrotas. Únicamente Jabari Parker, número 2, en los Bucks (9-7) y Nik Stauskas, número 8, en los Kings (9-6). El resto conoce mejor la amargura de la derrota, como Wiggins, que salió de un proyecto a priori ganador y acabó recalando en Minnesota en lo que supuso la escapada de Kevin Love a Cleveland. Otros como Aaron Gordon y Dante Exum viven la misma situación, pero además con menor importancia en la rotación de los Magic y Jazz, con 15 y 18,3 minutos por encuentro, respectivamente.
Precisamente la falta de minutos que están teniendo los novatos es la principal causa de su poca aportación. Solo un jugador juega al menos 30 minutos (Bojan Bogdanovic), y diez superan los 20. Las franquicias no confían por el momento en ellos, quienes se esperaban una llegada a la liga menos complicada por el caché que muchos tenían en el campeonato universitario.
También hay que mencionar que una serie de nombres han visto lastrado su comienzo en la competición por problemas físicos. Los casos más evidentes son los nombres de Joel Embiid, cuya baja es indefinida tras la fractura en su pie derecho, y de Julius Randle, que tendrá un largo periodo de rehabilitación en su tibia. Pero a la lista también se unen Marcus Smart, que tras cinco partidos se torció el tobillo izquierdo y todavía no ha reaparecido, y Noah Vonleh, a quien le diagnosticaron una hernia tras dos encuentros jugados.
Por unas razones o por otras, la nueva generación de hombres que formarán la liga durante los próximos años, no está dando el rendimiento esperado tras la expectación que se creó antes de su llegada. También es cierto que es muy pronto para juzgar, y les queda tres cuartos de temporada regular para demostrar si sus nombres serán los que dominen la mejor liga del mundo en los próximos años, o simplemente serán jugadores de relleno de sus plantillas.