La serie continuaba su camino con un nuevo duelo en el AT&T Center entre los dos mejores equipos de la liga. Y, paradójicamente, los Heat enfriaron el pabellón de la ciudad de San Antonio. El aire acondicionado del estadio funcionó esta vez con normalidad, y los jugadores no mostraron las señales de fatiga del encuentro del jueves.
El partido estuvo lleno de altibajos de ambos equipos, pero finalmente los Heat fueron los que se llevaron el gato al agua. El 96-98 les vale para empatar la eliminatoria y robar el factor cancha a los Spurs antes de jugar los dos próximos partidos en Florida.
Los primeros minutos destacaron por su alta anotación y mucho movimiento en el juego. Los jugadores importantes estaban asumiendo riesgos y les estaba funcionando (excepto LeBron, que solo anotó 2 puntos en el primer cuarto).
En este comienzo de partido San Antonio se aprovechaba del poco poder que atesoran los hombres interiores de Miami, con una sólida actuación de Tim Duncan y Tiago Splitter. 9 de los 14 primeros puntos de San Antonio fueron del veterano jugador formado en Wake Forest. Splitter demostraba que es un jugador de equipo, y por eso Popovich confía en él, y dio 3 asistencias en los primeros cuatro minutos de encuentro.
En los primeros compases también se produjeron muchos fallos en el ataque de ambos equipos (además de por su intensidad defensiva) y al final del primer cuarto los Heat ya habían perdido 6 balones, por 5 de los Spurs. Al final de este cuarto, Miami echaba de menos a LeBron, y se iban 7 puntos abajo (26-19).
Las dos canastas de San Antonio al comenzar el segundo cuarto supusieron la máxima renta de la que pudieron disponer anoche (19-30). A partir de ahí el partido estuvo mucho más igualado. Esto se debe a un parcial de 0-9 que hicieron los Heat para poner el 30-28.
La defensa de Miami había mejorado considerablemente con un Chris Andersen que estaba llevando a cabo su labor defensiva ante los hombres altos de los Spurs. Además, los minutos de descanso de Tim Duncan supusieron un respiro para los visitantes. Del 60% en tiros de campo de los texanos al final del primer cuarto, se pasó a un 47% a la mitad del segundo.
Los nervios y la tensión se apoderaron de los locales, incluyendo a sus hombres más importantes. A falta de 5:28 en el segundo cuarto, una técnica fue pitada a Tim Duncan por una protesta que los árbitros consideraron desmesurada. Los Heat se aprovecharon de esta situación y lograron ponerse por delante en el marcador por primera vez (33-34).
También influyó el despertar de LeBron James, que en el segundo cuarto anotó 11 puntos con un 5 de 7 en tiros de campo. Impuso su poderío en la zona gracias a su portentoso físico, que no mostraba síntoma alguno de resentimiento tras tener que ser sentado en el primer partido.
Ambos Big Three empezaron con mal pie, pues los dos tríos tuvieron a un jugador que no pudo demostrar sus cualidades como su equipo requiere en unas finales. Dwyane Wade no asumía responsabilidades cuando LeBron no estaba en la cancha, y su desacierto en todas las facetas del juego era notorio. Por su parte, Manu Ginobili fue sentado a 4 minutos del descanso al llevar 3 faltas personales.
Al descanso, la igualdad se hacía notar con un 43-43 que lo dejaba todo en el aire para la segunda parte. Los dos equipos estaban sabiendo aprovechar sus puntos fuertes. Para Miami lo era su alero estrella, que llevaba 6 canastas bajo el aro. Los locales sacaban partido de su sólido grupo y su banquillo triplicaba la anotación del de su rival (15-5).
Tras el descanso, el ritmo elevado volvió al partido y la anotación subió considerablemente. Lo que no se había ido del partido era la tensión. A falta de 8:54 los árbitros le pitaron una falta a LeBron, además de dos faltas en dos posesiones consecutivas. El público se volvía loco con cada desacierto del alero.
Pero no hay que olvidarse de que LeBron James no olvida. En este tercer cuarto, ‘King’ James anotó 8 puntos consecutivos que pusieron por delante a los Heat (62-64). Gracias a él y a las pequeñas muestras de calidad que por fin estaba dando Wade, los visitantes no se descolgaron en el marcador al final del tercero (78-77).
Al comenzar el último cuarto, ambos equipos se mostraron más precavidos en sus acciones y la anotación bajó. En los primeros 5 minutos del cuarto, el parcial era de un pobre 9-8 para los texanos.
Miami demostraba que estaba más duro, hasta el punto de que Chalmers hizo una falta flagrante en el ecuador del cuarto al soltar el codo a Tony Parker en una entrada a canasta. Los Spurs se mostraban menos motivados que su rival, y fallaron los cuatro últimos tiros libres de los que dispusieron.
Los Heat jugaron mucho mejor los minutos finales, y del 90-90 a falta de tres minutos se pasó a un 93-98 que los Spurs ya no tenían tiempo de remontar. Un triple de Ginobili en el último segundo maquillaba un poco el resultado y dejaba el 96-98 final en el marcador.
Los visitantes tuvieron a su mejor hombre en la figura de LeBron James, que acabó con 35 puntos y 10 rebotes. Otros dos hombres resultaron de gran importancia. Chris Bosh, que asumió responsabilidades al final del encuentro y tomó muy buenas decisiones, y Rashard Lewis, que hizo muy buena labor en la selección de tiro y acabó con 14 puntos.
Por parte de San Antonio, su particular trío fueron los únicos jugadores que anotaron en dobles dígitos. Parker, Ginobili y Duncan acabaron con 21, 19 y 18 puntos respectivamente. Además, Duncan con sus 18 puntos y 15 rebotes empata a Magic Johnson como jugador con más dobles-dobles en la historia de los PlayOffs (157).
Esta victoria refleja la capacidad de superación de estos Heat. Los partidos posteriores a sus últimas 13 derrotar en postemporada siempre suponen una victoria, la mayor racha de la dilatada historia de la NBA.
La serie seguirá su curso el jueves, esta vez en Florida. Miami pondrá toda la carne en el asador para continuar con el factor cancha que acaban de robar a su rival, que intentará recuperarlo a toda costa.
Los primeros minutos destacaron por su alta anotación y mucho movimiento en el juego. Los jugadores importantes estaban asumiendo riesgos y les estaba funcionando (excepto LeBron, que solo anotó 2 puntos en el primer cuarto).
En este comienzo de partido San Antonio se aprovechaba del poco poder que atesoran los hombres interiores de Miami, con una sólida actuación de Tim Duncan y Tiago Splitter. 9 de los 14 primeros puntos de San Antonio fueron del veterano jugador formado en Wake Forest. Splitter demostraba que es un jugador de equipo, y por eso Popovich confía en él, y dio 3 asistencias en los primeros cuatro minutos de encuentro.
Las dos canastas de San Antonio al comenzar el segundo cuarto supusieron la máxima renta de la que pudieron disponer anoche (19-30). A partir de ahí el partido estuvo mucho más igualado. Esto se debe a un parcial de 0-9 que hicieron los Heat para poner el 30-28.
La defensa de Miami había mejorado considerablemente con un Chris Andersen que estaba llevando a cabo su labor defensiva ante los hombres altos de los Spurs. Además, los minutos de descanso de Tim Duncan supusieron un respiro para los visitantes. Del 60% en tiros de campo de los texanos al final del primer cuarto, se pasó a un 47% a la mitad del segundo.
Los nervios y la tensión se apoderaron de los locales, incluyendo a sus hombres más importantes. A falta de 5:28 en el segundo cuarto, una técnica fue pitada a Tim Duncan por una protesta que los árbitros consideraron desmesurada. Los Heat se aprovecharon de esta situación y lograron ponerse por delante en el marcador por primera vez (33-34).
También influyó el despertar de LeBron James, que en el segundo cuarto anotó 11 puntos con un 5 de 7 en tiros de campo. Impuso su poderío en la zona gracias a su portentoso físico, que no mostraba síntoma alguno de resentimiento tras tener que ser sentado en el primer partido.
Ambos Big Three empezaron con mal pie, pues los dos tríos tuvieron a un jugador que no pudo demostrar sus cualidades como su equipo requiere en unas finales. Dwyane Wade no asumía responsabilidades cuando LeBron no estaba en la cancha, y su desacierto en todas las facetas del juego era notorio. Por su parte, Manu Ginobili fue sentado a 4 minutos del descanso al llevar 3 faltas personales.
Al descanso, la igualdad se hacía notar con un 43-43 que lo dejaba todo en el aire para la segunda parte. Los dos equipos estaban sabiendo aprovechar sus puntos fuertes. Para Miami lo era su alero estrella, que llevaba 6 canastas bajo el aro. Los locales sacaban partido de su sólido grupo y su banquillo triplicaba la anotación del de su rival (15-5).
Tras el descanso, el ritmo elevado volvió al partido y la anotación subió considerablemente. Lo que no se había ido del partido era la tensión. A falta de 8:54 los árbitros le pitaron una falta a LeBron, además de dos faltas en dos posesiones consecutivas. El público se volvía loco con cada desacierto del alero.
Pero no hay que olvidarse de que LeBron James no olvida. En este tercer cuarto, ‘King’ James anotó 8 puntos consecutivos que pusieron por delante a los Heat (62-64). Gracias a él y a las pequeñas muestras de calidad que por fin estaba dando Wade, los visitantes no se descolgaron en el marcador al final del tercero (78-77).
Al comenzar el último cuarto, ambos equipos se mostraron más precavidos en sus acciones y la anotación bajó. En los primeros 5 minutos del cuarto, el parcial era de un pobre 9-8 para los texanos.
Miami demostraba que estaba más duro, hasta el punto de que Chalmers hizo una falta flagrante en el ecuador del cuarto al soltar el codo a Tony Parker en una entrada a canasta. Los Spurs se mostraban menos motivados que su rival, y fallaron los cuatro últimos tiros libres de los que dispusieron.
Los Heat jugaron mucho mejor los minutos finales, y del 90-90 a falta de tres minutos se pasó a un 93-98 que los Spurs ya no tenían tiempo de remontar. Un triple de Ginobili en el último segundo maquillaba un poco el resultado y dejaba el 96-98 final en el marcador.
Los visitantes tuvieron a su mejor hombre en la figura de LeBron James, que acabó con 35 puntos y 10 rebotes. Otros dos hombres resultaron de gran importancia. Chris Bosh, que asumió responsabilidades al final del encuentro y tomó muy buenas decisiones, y Rashard Lewis, que hizo muy buena labor en la selección de tiro y acabó con 14 puntos.
Por parte de San Antonio, su particular trío fueron los únicos jugadores que anotaron en dobles dígitos. Parker, Ginobili y Duncan acabaron con 21, 19 y 18 puntos respectivamente. Además, Duncan con sus 18 puntos y 15 rebotes empata a Magic Johnson como jugador con más dobles-dobles en la historia de los PlayOffs (157).
Esta victoria refleja la capacidad de superación de estos Heat. Los partidos posteriores a sus últimas 13 derrotar en postemporada siempre suponen una victoria, la mayor racha de la dilatada historia de la NBA.
La serie seguirá su curso el jueves, esta vez en Florida. Miami pondrá toda la carne en el asador para continuar con el factor cancha que acaban de robar a su rival, que intentará recuperarlo a toda costa.