Sergio Llull, el joven veterano


Con tan solo 25 años el base de Mahón cumplió 250 partidos ACB en el encuentro disputado el pasado martes frente al Valadolid, todo un hito teniendo en cuenta su juventud y el equipo en el que juega.

Desde la temporada 2006, cuando debutase con el Menorca en la máxima competición del baloncesto nacional, el menorquín no ha dejado de progresar. Los comienzos en el conjunto blanco, aunque prometedores, no fueron fáciles y, sin embargo, consiguió ser el segundo en las votaciones que elegirían al jugador revelación de la campaña 2007 (empatado con Pablo Aguilar y por detrás de Brad Oleson).

Poco a poco se hizo un hueco en los esquemas del equipo, aportando velocidad, defensa y un juego eléctrico que diese una nueva e inesperada alternativa al conjunto merengue.

A pesar de contar con un palmarés envidiable, Sergio Llull no siempre ha pasado por buenos momentos. En el Real Madrid, más habitualmente de lo que a muchos gustaría, se ha puesto en duda su capacidad para liderar al equipo en momentos decisivos. Con todo y con eso, el jugador ha demostrado que es capaz de vencer las dudas y echarse el equipo a la espalda, no solo en ataque, sino con defensas intensas que ayuden a desequilibrar la balanza.



Su nombre, siempre ligado al Real Madrid, no ha pasado desapercibido para la NBA y sus siempre temidas garras. En 2009 se inscribió en el Draft de la liga norteamericana, siendo seleccionador en el puesto número 34 por los Denver Nuggets, quienes traspasarían sus derecho a los Houston Rockets, los cuales podrían disfrutar de los servicios del base en el caso de que este así lo deseara.

Por su edad y su tiempo disputando la liga a primer nivel, muchos podrían verle como un gran jugador de futuro, sin embargo, partido a partido Llull demuestra que su momento es el ahora, ya sea en el Real Madrid o en el selección nacional. Su aportación, no solo en minutos, si no también en calidad, aumenta y con ella el sitio fijo en ambos equipos.


Sin duda, un jugador que dejará huella en el baloncesto nacional. Por el momento, disfrutemos de su magia y, como no, deseémosle unos felices 250 partidos ACB.