Miami vivió anoche un nuevo duelo de unas finales de la NBA, pensando que el varapalo del tercer encuentro solo era un momento puntual y que su equipo volvería a demostrar su superioridad ante los texanos. El American Airlines Arena se vestía de gala para un duelo decisivo que supondría o un casi definitivo 3-1, o un empate que lo dejara todo en el aire con un 2-2.
Nada más empezar el encuentro, Miami consiguió la máxima ventaja de la que dispuso en el marcador en los 48 minutos (2-0). A partir de ese momento, San Antonio desplegó un juego ofensivo con el que Miami no podía hacer otra cosa que mirar y aprender. Con muy poco tiempo transcurrido del primer cuarto, los Spurs ya se habían puesto 2-13.
Por suerte para los de Florida, apareció Chris Bosh para rescatar a sus compañeros y poner el 10-13. El ala-pívot demuestra que durante todo el verano estuvo trabajando para poder disponer de más protagonismo en el esquema de los Heat, y lleva un 5 triples anotados en estas finales de 7 intentos. Contrasta con las finales del año pasado en la que el ex de los Raptors no encestó ni un solo triple.
Los Spurs comenzaron muy pronto su recital, y al final del primer cuarto doblaban en las estadísticas los rebotes conseguidos por Miami. Además, mientras los Heat habían lanzado con un 35% de acierto, los visitantes tenían un 56,2%.
Las estadísticas reflejaban que el juego en equipo de San Antonio estaba machacando a su rival. Su hilera de pases y su velocidad en la circulación de balón solo podía ser contemplada por los Heat, que no podían defender en ningún momento.
El primer cuarto finalizó con un 17-26 que hacía presagiar que algo malo se cernería sobre los Heat. Supone que Miami siga sin ganar ningún primer cuarto de la serie.
Al comenzar el segundo cuarto, se vio que San Antonio no tiene la misma dependencia de sus hombres importantes que tiene su rival. Su ‘fondo de armario’ les permitió ampliar la ventaja sin Duncan, Parker ni Ginobili en pista.
La superioridad en ataques estáticos de los texanos continuaba dándose, y no cesaría hasta el final del partido. La velocidad de los pases era pasmosa, y los hombres sin balón en el ataque spur hacían su papel de forma tan sobresaliente como el que sí lo tenía.
Con la mitad del segundo cuarto todavía en el marcador, el backckourt titular de Miami no podía nada que hacer con el de su rival. Mientras que entre Dwyane Wade y Mario Chalmers tenían un 1-8 en tiros de campo, San Antonio tenía un 7-12 con Danny Green y Tony Parker.
Y es que hasta el momento, Chris Bosh era el único que estaba apareciendo del Big Three de Miami. Entre los otros dos integrantes restantes, LeBron y Wade, solo llevaban 7 de los 28 puntos de los Heat a falta de 3:24 para el descanso.
Miami basaba su juego en individualidades de sus jugadores, que no estaban nada inspirados. Además la defensa de los Spurs estaba siendo sublime, con un Kawhi Leonard que actuaba en ambos lados de la pista, secando a LeBron y Wade en el apartado ofensivo. Con un 29-48 en el luminoso, Miami conseguía anotar una canasta en juego tras 4 minutos sin poder hacerlo.
Se llegaba al descanso con una ventaja incomprensible en unas finales de la NBA para los Spurs. Los visitantes lo estaban haciendo todo bien, y Miami lo estaba admirando sin posibilidad de respuesta. 36-55 con 24 minutos todavía por disputarse.
En los primeros 24, los Heat no anotaron ni un solo punto al contraataque, que siempre había sido una de sus virtudes. Además, entre LeBron y Wade llevaban 13 puntos con un 4 de 14 en tiros de campo. Además, entre todos sus jugadores solo habían encestado 4 de sus 15 intentos en la zona.
Al comenzar la segunda parte, LeBron James tomó la responsabilidad como lo hace un líder de su equipo y anotó 6 puntos seguidos, además de 10 de los 12 primeros de los Heat. Durante todo el tercer cuarto, el alero fue el único que respondió a las expectativas del equipo. Sus compañeros estaban desacertados en todas las facetas del juego y se estaba viento un 1 contra 5 constante. En los 12 minutos del cuarto, LeBron anotó 19 puntos con un 7 de 8 en tiros. En el mismo tiempo, entre todos sus compañeros anotaron 2 con un 1 de 8.
Por su parte, los Spurs seguían dominando con el juego en equipo como la vieja escuela, con especial mención a Boris Diaw. El francés demostró su notable visión de juego y llevaba las mismas asistencias que todo el conjunto de Miami Heat (7).
Mientras que en Miami solo aparecía un hombre para no cometer una debacle en el partido, ya fuera Chris Bosh en el primer cuarto o LeBron en el tercero, los Spurs tenían un abanico de posibilidades anhelado por cualquier equipo. No aparecían ni Duncan ni Ginobili, pero su aportación era suplida por la de Leonard o Mills.
Con 12 minutos por disputarse, San Antonio gozaba de un 57-81. Miami necesitaba un milagro para darle la vuelta.
Y lejos de darse la vuelta, el partido continuó con el guion establecido. Los Spurs seguían teniendo canastas fáciles gracias al juego que estaban desplegando. Finalmente, este fue el único cuarto en el que los Heat resultaron victoriosos de todo el partido (29-26), ya que en los minutos de la basura, James Jones anotó 11 puntos sin fallo en el tiro (4 de 4).
Tras cumplirse el tiempo reglamentario, el 86-107 suponía otra paliza en el American Airlines Arena a favor de los Spurs. Las gradas estaban casi vacías antes de que acabara en el encuentro. La moral tanto de los aficionados como de los jugadores se resquebraja por momentos porque se están viendo superados en cada jugada.
Los Spurs llevan dos partidos seguidos jugando un baloncesto indefendible. Mientras, el de los Heat es como un juego de niños para los texanos.
Como nombres a resaltar, destaca el de Kawhi Leonard. Su ‘LeBronización’ se consolida y su capacidad defensiva es abrumadora. Además anotó 20 puntos y cogió 14 rebotes. En los Heat destaca un día más LeBron James, cuyos 28 puntos y 8 rebotes no sirvieron de nada.
Por su parte, Tim Duncan no destacó por su gran partido, sino por la acumulación de récords en su haber. Con el doble-doble de anoche (10+11), ya lleva 158 en su carrera en postemporada y se sitúa primero en este aspecto por delante de Magic Johnson. También adelantó a otra leyenda en el primer puesto en el apartado de minutos en playoffs. A nada menos que Kareem Abdul-Jabbar.
Tras esta exhibición, los Spurs disputarán el quinto encuentro en casa con la posibilidad de llevarse ya el campeonato. Con esta victoria, cortan la racha de Miami de 48 partidos consecutivos en playoffs sin dos derrotas seguidas. Supone la tercera mejor racha tras los 54 de Boston Celtics cuando contaban con Bill Russell, y las 52 de los Chicago Bulls de Michael Jordan. No perdían dos seguidos desde las finales de conferencia Este de 2012.
Con este 3-1, los Spurs se aseguran estadísticamente el campeonato. De las 31 veces que se ha dado este resultado en la historia de las finales, nunca se produjo una remontada. Y por lo que se está viendo en las series, no parece que los Heat puedan romper la estadística.
El próximo partido será el domingo en territorio texano. Es el primer ‘match ball’ de la serie, con el que San Antonio espera conseguir su quinto título de la mejor liga de baloncesto del mundo.
Por suerte para los de Florida, apareció Chris Bosh para rescatar a sus compañeros y poner el 10-13. El ala-pívot demuestra que durante todo el verano estuvo trabajando para poder disponer de más protagonismo en el esquema de los Heat, y lleva un 5 triples anotados en estas finales de 7 intentos. Contrasta con las finales del año pasado en la que el ex de los Raptors no encestó ni un solo triple.
Las estadísticas reflejaban que el juego en equipo de San Antonio estaba machacando a su rival. Su hilera de pases y su velocidad en la circulación de balón solo podía ser contemplada por los Heat, que no podían defender en ningún momento.
El primer cuarto finalizó con un 17-26 que hacía presagiar que algo malo se cernería sobre los Heat. Supone que Miami siga sin ganar ningún primer cuarto de la serie.
Al comenzar el segundo cuarto, se vio que San Antonio no tiene la misma dependencia de sus hombres importantes que tiene su rival. Su ‘fondo de armario’ les permitió ampliar la ventaja sin Duncan, Parker ni Ginobili en pista.
La superioridad en ataques estáticos de los texanos continuaba dándose, y no cesaría hasta el final del partido. La velocidad de los pases era pasmosa, y los hombres sin balón en el ataque spur hacían su papel de forma tan sobresaliente como el que sí lo tenía.
Con la mitad del segundo cuarto todavía en el marcador, el backckourt titular de Miami no podía nada que hacer con el de su rival. Mientras que entre Dwyane Wade y Mario Chalmers tenían un 1-8 en tiros de campo, San Antonio tenía un 7-12 con Danny Green y Tony Parker.
Y es que hasta el momento, Chris Bosh era el único que estaba apareciendo del Big Three de Miami. Entre los otros dos integrantes restantes, LeBron y Wade, solo llevaban 7 de los 28 puntos de los Heat a falta de 3:24 para el descanso.
Miami basaba su juego en individualidades de sus jugadores, que no estaban nada inspirados. Además la defensa de los Spurs estaba siendo sublime, con un Kawhi Leonard que actuaba en ambos lados de la pista, secando a LeBron y Wade en el apartado ofensivo. Con un 29-48 en el luminoso, Miami conseguía anotar una canasta en juego tras 4 minutos sin poder hacerlo.
Se llegaba al descanso con una ventaja incomprensible en unas finales de la NBA para los Spurs. Los visitantes lo estaban haciendo todo bien, y Miami lo estaba admirando sin posibilidad de respuesta. 36-55 con 24 minutos todavía por disputarse.
En los primeros 24, los Heat no anotaron ni un solo punto al contraataque, que siempre había sido una de sus virtudes. Además, entre LeBron y Wade llevaban 13 puntos con un 4 de 14 en tiros de campo. Además, entre todos sus jugadores solo habían encestado 4 de sus 15 intentos en la zona.
Al comenzar la segunda parte, LeBron James tomó la responsabilidad como lo hace un líder de su equipo y anotó 6 puntos seguidos, además de 10 de los 12 primeros de los Heat. Durante todo el tercer cuarto, el alero fue el único que respondió a las expectativas del equipo. Sus compañeros estaban desacertados en todas las facetas del juego y se estaba viento un 1 contra 5 constante. En los 12 minutos del cuarto, LeBron anotó 19 puntos con un 7 de 8 en tiros. En el mismo tiempo, entre todos sus compañeros anotaron 2 con un 1 de 8.
Mientras que en Miami solo aparecía un hombre para no cometer una debacle en el partido, ya fuera Chris Bosh en el primer cuarto o LeBron en el tercero, los Spurs tenían un abanico de posibilidades anhelado por cualquier equipo. No aparecían ni Duncan ni Ginobili, pero su aportación era suplida por la de Leonard o Mills.
Con 12 minutos por disputarse, San Antonio gozaba de un 57-81. Miami necesitaba un milagro para darle la vuelta.
Y lejos de darse la vuelta, el partido continuó con el guion establecido. Los Spurs seguían teniendo canastas fáciles gracias al juego que estaban desplegando. Finalmente, este fue el único cuarto en el que los Heat resultaron victoriosos de todo el partido (29-26), ya que en los minutos de la basura, James Jones anotó 11 puntos sin fallo en el tiro (4 de 4).
Tras cumplirse el tiempo reglamentario, el 86-107 suponía otra paliza en el American Airlines Arena a favor de los Spurs. Las gradas estaban casi vacías antes de que acabara en el encuentro. La moral tanto de los aficionados como de los jugadores se resquebraja por momentos porque se están viendo superados en cada jugada.
Los Spurs llevan dos partidos seguidos jugando un baloncesto indefendible. Mientras, el de los Heat es como un juego de niños para los texanos.
Como nombres a resaltar, destaca el de Kawhi Leonard. Su ‘LeBronización’ se consolida y su capacidad defensiva es abrumadora. Además anotó 20 puntos y cogió 14 rebotes. En los Heat destaca un día más LeBron James, cuyos 28 puntos y 8 rebotes no sirvieron de nada.
Tras esta exhibición, los Spurs disputarán el quinto encuentro en casa con la posibilidad de llevarse ya el campeonato. Con esta victoria, cortan la racha de Miami de 48 partidos consecutivos en playoffs sin dos derrotas seguidas. Supone la tercera mejor racha tras los 54 de Boston Celtics cuando contaban con Bill Russell, y las 52 de los Chicago Bulls de Michael Jordan. No perdían dos seguidos desde las finales de conferencia Este de 2012.
Con este 3-1, los Spurs se aseguran estadísticamente el campeonato. De las 31 veces que se ha dado este resultado en la historia de las finales, nunca se produjo una remontada. Y por lo que se está viendo en las series, no parece que los Heat puedan romper la estadística.
El próximo partido será el domingo en territorio texano. Es el primer ‘match ball’ de la serie, con el que San Antonio espera conseguir su quinto título de la mejor liga de baloncesto del mundo.