Anoche Oklahoma acogió, como hace dos años, un partido concerniente a las finales de la Conferencia Oeste. Además ante el mismo rival de hace dos temporadas. Aunque aquella temporada la serie pintaba mejor que la actual.
Los Spurs llegaron a Oklahoma con un 2-0 a favor y la sensación de sentirse muy superiores en los dos primeros encuentros. Un seguro de vida. Para plantar cara a su rival, los Thunder debían tirar de épica, ya que por lo visto hasta ahora, Oklahoma era un juguete en manos de San Antonio.
Dicho y hecho. Contra todo pronóstico, los Thunder comunicaban unas horas antes del partido que Serge Ibaka podría disputar el partido. La ausencia del ala-pívot había sido determinante en el desarrollo de los dos encuentros anteriores, situación que los Spurs habían aprovechado al máximo.
Pero ante su regreso sorpresa, no supieron hacer nada. Los Thunder consiguieron recortar distancias en el global de la eliminatoria y poner el 2-1 gracias al 106-97 final del marcador.
El comienzo del partido ya no fue el mismo de los anteriores. Ibaka, con 8 puntos sin fallo en el tiro (4 de 4) y 2 tapones en el primer cuarto, era el as en la manga de los locales. Oklahoma era una olla a presión, y su equipo encestó sus seis primeros tiros. Pero San Antonio y Popovich saben convivir con la presión mejor que nadie, y a pesar de todo se fueron por delante en el marcador al finalizar los primeros 12 minutos (28-29).
Fue en el segundo cuarto cuando los Thunder apretarían las clavijas a su rival. Tras el primero, los locales ganaron el parcial de los tres cuartos restantes. Hay que recalcar que San Antonio no perdía un segundo cuarto desde la primera ronda, lo que significaba que llevaban 12 partidos seguidos ganándolo.
El único que conseguía que los Spurs se mantuvieran cerca en el marcador era Manu Ginobili. Mientras que en la pintura solo habían anotado 20 puntos en la primera parte, el escolta anotó los mismos por su cuenta, la mayoría desde el perímetro. 5 triples en su marcador personal al descanso. Esto compensaba, por otra parte, el horrible partido de Tony Parker. El francés llevaba al descanso 2 puntos (2 de 6 en tiros) y 3 pérdidas.
Con todo, el descanso en Oklahoma dejaba en el marcador un 57-53 para el equipo local.
La segunda parte comenzaba con todo en el aire, pero los Thunder dejaron claro de nuevo en este periodo quién tenía más opciones de conseguir la victoria. 26-23 para Oklahoma con un único incidente: Serge Ibaka se retiraba al vestuario a falta de 2 minutos de que finalizase el periodo. Por suerte para el interior español, no fue más que un susto. Precisamente en ese momento, los Thunder comenzaron un parcial a favor que dejaba noqueados a los Spurs. Continuó al comienzo del último periodo, y del 81-76 se pasaba a un 95-78 (14-2).
Para evitar males mayores, Scott Brooks decidió sentar a Ibaka cuando todavía restaba tiempo en el marcador en el último cuarto. Durante este tiempo, San Antonio consiguió maquillar el resultado, pero los Thunder lo tenían lo suficientemente dominado como para no tener que preocuparse. Finalmente, un 106-97 que deja un buen sabor de boca a Oklahoma para afrontar los partidos venideros de la eliminatoria.
Dos fueron los puntos clave sobre los que se sustentó la victoria local: la vuelta de Ibaka (15 puntos, 7 rebotes y 4 tapones) y la superioridad en la zona provocada por el punto anterior. Consecuencia de esa superioridad, Oklahoma cogió 16 rebotes más que el equipo texano (52 por 36).
En el plano anotador, los más destacados fueron una vez más Russel Westbrook (26 puntos, además de 8 rebotes y 7 asistencias) y Kevin Durant (25 puntos y 10 rebotes). Por su parte, en los Spurs solo tres jugadores consiguieron dobles dígitos en anotación: 23 de Ginobili, 16 de Duncan y 10 de Leonard.
Esta derrota supone para San Antonio la octava consecutiva en el Chesapeake Energy Arena de Oklahoma entre temporada regular y postemporada. Un estadio que volverá a vibrar y a colgar el cartel de entradas agotadas como en los 163 encuentros previos.
La serie continuará el martes con el cuarto partido de la serie, que se antoja más igualada de lo que estuvo en los dos primeros duelos.
Los Spurs llegaron a Oklahoma con un 2-0 a favor y la sensación de sentirse muy superiores en los dos primeros encuentros. Un seguro de vida. Para plantar cara a su rival, los Thunder debían tirar de épica, ya que por lo visto hasta ahora, Oklahoma era un juguete en manos de San Antonio.
Dicho y hecho. Contra todo pronóstico, los Thunder comunicaban unas horas antes del partido que Serge Ibaka podría disputar el partido. La ausencia del ala-pívot había sido determinante en el desarrollo de los dos encuentros anteriores, situación que los Spurs habían aprovechado al máximo.
El comienzo del partido ya no fue el mismo de los anteriores. Ibaka, con 8 puntos sin fallo en el tiro (4 de 4) y 2 tapones en el primer cuarto, era el as en la manga de los locales. Oklahoma era una olla a presión, y su equipo encestó sus seis primeros tiros. Pero San Antonio y Popovich saben convivir con la presión mejor que nadie, y a pesar de todo se fueron por delante en el marcador al finalizar los primeros 12 minutos (28-29).
Fue en el segundo cuarto cuando los Thunder apretarían las clavijas a su rival. Tras el primero, los locales ganaron el parcial de los tres cuartos restantes. Hay que recalcar que San Antonio no perdía un segundo cuarto desde la primera ronda, lo que significaba que llevaban 12 partidos seguidos ganándolo.
El único que conseguía que los Spurs se mantuvieran cerca en el marcador era Manu Ginobili. Mientras que en la pintura solo habían anotado 20 puntos en la primera parte, el escolta anotó los mismos por su cuenta, la mayoría desde el perímetro. 5 triples en su marcador personal al descanso. Esto compensaba, por otra parte, el horrible partido de Tony Parker. El francés llevaba al descanso 2 puntos (2 de 6 en tiros) y 3 pérdidas.
Con todo, el descanso en Oklahoma dejaba en el marcador un 57-53 para el equipo local.
La segunda parte comenzaba con todo en el aire, pero los Thunder dejaron claro de nuevo en este periodo quién tenía más opciones de conseguir la victoria. 26-23 para Oklahoma con un único incidente: Serge Ibaka se retiraba al vestuario a falta de 2 minutos de que finalizase el periodo. Por suerte para el interior español, no fue más que un susto. Precisamente en ese momento, los Thunder comenzaron un parcial a favor que dejaba noqueados a los Spurs. Continuó al comienzo del último periodo, y del 81-76 se pasaba a un 95-78 (14-2).
Para evitar males mayores, Scott Brooks decidió sentar a Ibaka cuando todavía restaba tiempo en el marcador en el último cuarto. Durante este tiempo, San Antonio consiguió maquillar el resultado, pero los Thunder lo tenían lo suficientemente dominado como para no tener que preocuparse. Finalmente, un 106-97 que deja un buen sabor de boca a Oklahoma para afrontar los partidos venideros de la eliminatoria.
Dos fueron los puntos clave sobre los que se sustentó la victoria local: la vuelta de Ibaka (15 puntos, 7 rebotes y 4 tapones) y la superioridad en la zona provocada por el punto anterior. Consecuencia de esa superioridad, Oklahoma cogió 16 rebotes más que el equipo texano (52 por 36).
En el plano anotador, los más destacados fueron una vez más Russel Westbrook (26 puntos, además de 8 rebotes y 7 asistencias) y Kevin Durant (25 puntos y 10 rebotes). Por su parte, en los Spurs solo tres jugadores consiguieron dobles dígitos en anotación: 23 de Ginobili, 16 de Duncan y 10 de Leonard.
Esta derrota supone para San Antonio la octava consecutiva en el Chesapeake Energy Arena de Oklahoma entre temporada regular y postemporada. Un estadio que volverá a vibrar y a colgar el cartel de entradas agotadas como en los 163 encuentros previos.
La serie continuará el martes con el cuarto partido de la serie, que se antoja más igualada de lo que estuvo en los dos primeros duelos.