El aullido de los Timberwolves


A principio de la Regular Season, lo único que se le pedía a la franquicia de Minnesota era mantenerse sana, que sus jugadores más determinantes fuesen capaces de jugar juntos. En la campaña anterior (31-51), Kevin Love, Ricky Rubio y Nikola Pekovic solo coincidieron medio mes de competición.

Después de acabar la temporada con un balance decepcionante para la calidad que atesora este equipo, la franquicia de Mineápolis entendió lo que le hacía falta al equipo: encaminarse hacia un plan de juego determinado. Con Kevin Love como jugador franquicia y Ricky Rubio de director de orquesta, el estilo de Rick Adelman se adapta a la perfección a esos jugadores, Además, la llegada de Kevin Martin y Corey Brewer abría un amplio abanico de posibilidades para ese ataque. Por dentro, la roca Nikola Pekovic sería el encargado de poner esa dosis de bemoles necesarios en cualquier equipo que opta a algo más que pelearse por ser 'lottery team'.


Los resultados ya los estamos viendo: las exhibiciones ofensivas están siendo orgásmicas. Transiciones rápidas y muchos tiros abiertos, fruto de montar rápido el ataque. Sólo hay que ver la cantidad de tiros intentados por el equipo (casi 90 tiros por partido, los que más en la NBA) para darse cuenta de que a estos Wolves les gusta tirar, tanto de dos como de tres (intentan 24 triples por partido, segundos por detrás de Houston). Todo esto sería insostenible si el balón no fuese volando por el parquet, pues son primeros en la NBA en asistencias (24 por noche).

Sin embargo, todos esos datos no se sostienen si no hablamos del líder de esta plantilla, Kevin Love. Salido de UCLA y seleccionado con el pick 5, Love parece haber dejado atrás todos sus problemas de lesiones y está cuajando su mejor campaña en la mejor liga de baloncesto del mundo, logrando números de MVP: 24’8 puntos, 13’5 rebotes y 4’7 asistencias por noche, con 13 dobles-dobles en 14 encuentros.


Pese a todos estos datos totalmente halagüeños, los Wolves están con un balance de 8-6, copando al cierre de estas líneas la octava posición del salvaje Oeste, que este año cuenta con un invitado de excepción con el que nadie contaba: Portland Trail Blazers.

El futuro parece brillante en Mineápolis. Entre nieve y lagos, los lobos aúllan bien fuerte para reclamar lo que es suyo: una plaza en la gran fiesta de primavera.