¿Qué esperar de los Knicks esta temporada?


Cuando Phil Jackson firmó como presidente de operaciones de los New York Knicks  y acto seguido apostó a de Derek Fisher como su delfín para el puesto de entrenador en la Gran Manzana, el sonar de los anillos -18 entre los dos mencionados- se escuchaba más que las campanas de Navidad en el Rockefeller Center. La propuesta era tentadora: retener a Carmelo Anthony y pensar en 2015 como el momento justo para reestructurar el equipo. Phil Jackson es un tipo  que te conquista, convenció al Kobe Bryant más rebelde para que practique yoga, tentar a Melo con unos billetes fue solo una muestra gratis de su potencial como dirigente.

La prueba real era la de probar a Derek Fisher como coach primerizo y sobre todo, tratar de instalar el otrora exitoso triángulo ofensivo en un equipo que el año pasado se caracterizó por su lentitud y escaso nivel de compromiso con el compañero. Pero  el triángulo no es una forma de atacar ni defender, es una manera de respirar. Los equipos de Phil Jackson que llegaron a dominar este sistema no decidían cuándo ejecutarlo, lo vivían naturalmente. Por esto, se sabe que hacer funcionar esta ofensiva en New York no dará frutos de un día para el otro.


¿Y entonces qué hacemos mientras? Esa es la pregunta que se está respondiendo partido a partido de los Knicks. Su situación real hoy es la siguiente:

Salió perdedor en el canje entre Chandler y Dalembert pero esto le posibilitó deshacerse de Raymond Felton, el peor base de la temporada pasada. Llegó José Calderón, quien hasta ahora no ha sido la solución ya que se perdió el inicio del torneo a causa de una lesión, pero en cuanto se pueda incorporar, la mejoría con respecto a Felton llegará sola.

Chandler era sin dudas el mejor defensor de los Knicks de los últimos años (¿acaso había alguien más haciendo esa tarea?), hoy ese título lo lleva Iman Shumpert quien si bien tiene lo suyo, no estamos hablando de un superdotado.

Para sobrellevar la lesión de Calde, Fisher eligió a Larkin como su base titular, pero el juvenil se sacó solito al demostrar su inexperiencia en los cierres de varios partidos. Prigioni comenzó a cobrar protagonismo, sobre todo en las (pocas) victorias del equipo en el arranque del campeonato.

Tiene mejor banca que quinteto titular: durante los primeros partidos, Fisher abrió con: Larkin; Shumpert; Dalembert; Anthony y Acy mientras que en la banca quedan Prigioni, Hardaway Jr, JR Smith, Stoudamaire y Jason Smith.

El triángulo ofensivo fue practicado intensivamente durante el campamento de verano y el despliegue de Tim Hardaway Jr hacía ilusionar hasta el propio Spike Lee, sin embargo, en lo que va de temporada, THJ ha visto poca acción.

Jason Smith es hasta ahora la sorpresa ya que, cuando el equipo logra rotar el balón como lo desea el coach, se ha mostrado sumamente efectivo con el tiro desde el codo. Una descarga necesaria para que ese recurso no caiga siempre en Melo.

Sin embargo, con todos estos cambios, New York parece ser el mismo equipo de la temporada pasada: el que tiene un buen arranque gracias a los puntos rápidos de Carmelo y que se desploma en el tercer cuarto, donde pierde los partidos. Es verdad, para que este equipo tenga esperanzas de playoffs (lejísimos está el título aún), necesita de jugadores mejores. No figuras, pero que al menos refuercen al equipo en la defensa, ganen rebotes y le nieguen segundas oportunidades al rival, luego, si queda tiempo, que acompañen a Melo en el score.

Mientras tanto, como están las cosas, otra temporada por debajo del .500 no parece descabellada. Habrá que ver si los regresos de Calderón y Bargnani pueden potenciar a un sistema que debería terminar de ensamblarse para después del All Star Weekend, que para los entendidos, es el tiempo suficiente como para hacer funcionar el triángulo decentemente.

Así, si (Prigioni)



Así, no (Larkin)