Para un niño que creció en los 90s, la NBA era una galaxia lejana llena de superhéroes. En cada partido que se transmitía chocaban varios futuros miembros del Salón de la Fama. A pesar de que había un claro dominador (Michael Jordan) esto no significaba que el campeonato fuese aburrido. Al contrario, los equipos se potenciaban y cada partido de playoffs era una batalla campal con el único objetivo de bajar a los Bulls. Todos los equipos sabían que no serían campeones a menos que derrotaran a MJ. Lo intentaron los Knicks, Blazers, Utah, Phoenix, Magic, Lakers y varios más, ninguno pudo. Sin embargo, la liga era más atractiva y competitiva que nunca. De a poco, los planteles fueron depurándose con traspasos de sus figuras en decadencia, retiros anunciados, duplas que se separaron y la NBA comenzó a transitar un período de lógica transición, de altísimo nivel como siempre, pero ya no era una liga de superhéroes sino una de superestrellas.
Con el correr de las temporadas, fui observando que podríamos estar ante un nuevo período dorado en la NBA, quizas hoy un niño pueda ver algo de lo que nosotros vivimos hace ya más de 20 años o inclusive pueda atraer a los que la abandonaron cuando Stockton y Malone dejaron de jugar juntos. Dejo aquí siete razones para volver a ver NBA en 2014-2015.
1) LeBron James, el mejor jugador de la liga, jugó el mejor partido de su vida hace tan solo meses, cuando le convirtió 61 puntos a Charlotte Bobcats jugando para Miami Heat. Rompió todos los récords de la franquicia. Hoy en los Cavs, LeBron comienza de cero su lucha por ganarse definitivamente un lugar en el podio con MJ y Kobe.
2) Los Spurs. Ver jugar a los Spurs al nivel en que lo hicieron toda la temporada pasada emociona. No es showtime. Es juego en equipo, mirar a los ojos a tu compañero, confiarle la pelota, saber que él hará lo mismo. Un tridente que se entiende a la perfección por más que hayan nacido cada uno en un continente distinto y un Kawhi Leonard que queda fuera de la cuenta solamente porque nadie aplicó aún el término de Big Four.
3) Quedan récords por romperse. Y gente capaz de romperlos. Semanas antes de que LeBron consiga sus 61 puntos, Carmelo Anthony realizó la mejor performance que se haya visto en la meca del básquet, el Madison Square Garden cuando anotó 62 puntos frente a… sí, Charlotte Bobcats. De esta manera Melo borró a un tal Kobe Bryant, quien hasta entonces poseía el récord con 61 puntos anotados.
4) Las transmisiones. Los partidos en idioma original comentados por Jeff Van Gundy son imperdibles, deja sin palabras a sus compañeros con comparaciones y ejemplos lisérgicos como asegurar que Rihanna lo está acosando o que se cortaría el cuello con una navaja si eso le garantiza un tiempo muerto extra. Por otro lado, los comentarios en el entretiempo entre Shaq, Barkley y Smith son iguales de entretenidos.
5) Kobe Bryant. Black Mamba todavía sigue jugando.
6) Generación Dorada. La temporada 2014-15 quizás sea la última en la que veamos en cancha a tantos de los jugadores que cambiaron la historia del básquet argentino. Ginóbili, Prigioni y Delfino transitarán su último año de contrato con sus respectivos equipos y, por una cuestión de edad, no sabemos si alguno de ellos acompañará a Scola en la temporada siguiente.
7) Phil Jackson is back. El Maestro Zen, quien consiguió 13 anillos, 2 como jugador y 11 como entrenador, comenzó a darle forma a los New York Knicks, una franquicia que se destaca por sus malas decisiones dirigenciales. Jackson trajo al entrenador novato Derek Fisher para imponer el triángulo ofensivo que tanto le rindió en los Bulls y Lakers. Aunque no cuenta con un Jordan ni un Kobe en la plantilla, será el ahora o nunca para Melo.
Con el correr de las temporadas, fui observando que podríamos estar ante un nuevo período dorado en la NBA, quizas hoy un niño pueda ver algo de lo que nosotros vivimos hace ya más de 20 años o inclusive pueda atraer a los que la abandonaron cuando Stockton y Malone dejaron de jugar juntos. Dejo aquí siete razones para volver a ver NBA en 2014-2015.
1) LeBron James, el mejor jugador de la liga, jugó el mejor partido de su vida hace tan solo meses, cuando le convirtió 61 puntos a Charlotte Bobcats jugando para Miami Heat. Rompió todos los récords de la franquicia. Hoy en los Cavs, LeBron comienza de cero su lucha por ganarse definitivamente un lugar en el podio con MJ y Kobe.
2) Los Spurs. Ver jugar a los Spurs al nivel en que lo hicieron toda la temporada pasada emociona. No es showtime. Es juego en equipo, mirar a los ojos a tu compañero, confiarle la pelota, saber que él hará lo mismo. Un tridente que se entiende a la perfección por más que hayan nacido cada uno en un continente distinto y un Kawhi Leonard que queda fuera de la cuenta solamente porque nadie aplicó aún el término de Big Four.
3) Quedan récords por romperse. Y gente capaz de romperlos. Semanas antes de que LeBron consiga sus 61 puntos, Carmelo Anthony realizó la mejor performance que se haya visto en la meca del básquet, el Madison Square Garden cuando anotó 62 puntos frente a… sí, Charlotte Bobcats. De esta manera Melo borró a un tal Kobe Bryant, quien hasta entonces poseía el récord con 61 puntos anotados.
4) Las transmisiones. Los partidos en idioma original comentados por Jeff Van Gundy son imperdibles, deja sin palabras a sus compañeros con comparaciones y ejemplos lisérgicos como asegurar que Rihanna lo está acosando o que se cortaría el cuello con una navaja si eso le garantiza un tiempo muerto extra. Por otro lado, los comentarios en el entretiempo entre Shaq, Barkley y Smith son iguales de entretenidos.
5) Kobe Bryant. Black Mamba todavía sigue jugando.
6) Generación Dorada. La temporada 2014-15 quizás sea la última en la que veamos en cancha a tantos de los jugadores que cambiaron la historia del básquet argentino. Ginóbili, Prigioni y Delfino transitarán su último año de contrato con sus respectivos equipos y, por una cuestión de edad, no sabemos si alguno de ellos acompañará a Scola en la temporada siguiente.
7) Phil Jackson is back. El Maestro Zen, quien consiguió 13 anillos, 2 como jugador y 11 como entrenador, comenzó a darle forma a los New York Knicks, una franquicia que se destaca por sus malas decisiones dirigenciales. Jackson trajo al entrenador novato Derek Fisher para imponer el triángulo ofensivo que tanto le rindió en los Bulls y Lakers. Aunque no cuenta con un Jordan ni un Kobe en la plantilla, será el ahora o nunca para Melo.