El gen competitivo de los Bulls

Cuando el 7 de enero los Chicago Bulls mandaban a Luol Deng a los Cavaliers a cambio de Andrew Bynum —al que posteriormente cortarían—, los Bulls no sólo traspasaron a su máximo anotador, sino que desde la gerencia mandaban un mensaje hacia Tom Thiboudeau y sus pupilos: queremos perder.

Todos los periodistas americanos coincidían en que el camino que había tomado la franquicia de la Ciudad del Viento era el que llevaba hacia los bajos fondos de una mermada Conferencia Este. Se esperaban abultadas y dolorosas derrotas en un equipo que un mes y medio antes había perdido a su jugador estrella, aquel que estaba destinado a darle un plus en su rendimiento para plantar batalla a los gallos del baloncesto de la costa atlántica de los Estados Unidos.

Sin embargo, los partidos pasaban y los Chicago Bulls mejoraban sus registros. Al poco tiempo se pusieron con balance positivo de victorias/derrotas y al cierre de estas líneas están derrotando a los Knicks para ponerse con un récord de 33-26. Desde el 7 de enero los Bulls tienen una marca de 18 victorias –serían 19 si consuman su victoria ante New York- y sólo 8 derrotas –ante equipos potentes como Miami, Golden State o Clippers-.


Este rendimiento no sería entendible sin el buen hacer del líder de facto de este equipo: Joakim Noah. El pívot francés sigue confirmándose ante propios y extraños y noche tras noche se convierte en el alma de los Bulls. Con una mentalidad de base en un cuerpo de pívot, el ataque de Chicago tiene en Noah una figura clave que promedia 12 puntos, 11 rebotes, 4’6 asistencias y 1’4 tapones por noche. Es la estrella rutilante de estos Bulls, un faro que alumbra a una concatenación de jugadores de equipo que se dejan el alma durante los 48 minutos de cada choque. Jugadores como Mike Dunleavy o Taj Gibson, que se han convertido en escuderos de lujo de Noah. Y todo esto con un Jimmy Butler renqueante que juega un partido y se pierde dos.

Fuera de toda duda ha quedado el compromiso de los Chicago Bulls, una de esas franquicias históricas de la NBA. Han demostrado su carácter ganador, una idiosincrasia que no aceptará nunca el tanking, aunque desde la gerencia sí que la busquen.