Isaiah Thomas, pequeño pero matón

El base de los Sacramento Kings está siendo una de las sensaciones de la temporada y sigue creciendo a pasos agigantados, a pesar de que todavía su gran labor no se vea nada recompensada, ni alabada lo suficiente.

Isaiah Jamar Thomas nació un 7 de febrero de 1989. Pero no hablaremos de su vida, simplemente de las pinceladas más determinantes. Se crío en un ambiente religioso y no era amigo de los estudios. Es más, buscaba escaparse constantemente de la escuela para irse a jugar al baloncesto, su gran pasión. Esto representaba un problema para sus padres, que no se veían capacitados para controlar la situación.

En términos baloncestísticos, el bueno de Isaiah tenía una gran calidad, pero para poder mantener una estabilidad en niveles más altos no debía de descuidar los aspectos académicos y por ello tuvo que asentar la cabeza. A la hora de presentarse al Draft de 2011, las previsiones no eran nada alentadoras para él, porque pese a desplegar un buen juego, su equipo (Washington Huskies) no logró resultados destacados, además de su poca estatura, un factor en contra importante.

Pese a eso, Thomas logró ser seleccionado en la última posición por los Kings, cumpliéndose así su sueño. Llegó a donde quería y por ello trabaja diariamente para mejorar.


En esta, su ya tercera temporada en la NBA, los números le alaban. A mediados de esta regular-season promedia 20 puntos, 6 asistencias y casi 3 rebotes por encuentro, pese a su ya comentado tamaño. La temporada anterior completó unos promedios de 13.9 puntos, 4 asistencias y 2 rebotes. Sus minutos en pista han aumentado al igual que su importancia.

Es un jugador con descaro, velocidad y agilidad. Posee un manejo de balón exquisito y su mecánica de tiro es una delicia. En cualquier momento puede imponer unos hábiles cambios de ritmo que dejan atrás a los rivales. Sin duda podemos hablar perfectamente de uno de los mayores robos del Draft en los últimos tiempos. Con sólo 25 años tiene ante sí la posibilidad de seguir aprendiendo y de lograr una estabilidad de cara al futuro. Por si fuera poco, apenas cobra la “miseria” de $ 884.293 lo que le hace ser una ganga total y absoluta. La parte mala es que pese a sus grandes actuaciones, los resultados del equipo son decepcionantes y los Kings no logran auparse a los altos puestos de la tabla. Son un conjunto agresivo pero que no trabajan ni dan importancia a la defensa, cosa que en muchos partidos les acaba matando, pese a que el bueno de Isaiah, junto a Gay y Cousins logren anotar más de 20 puntos cada uno, entre otras cosas.


En definitiva, de carácter tranquilo aunque con mucha explosividad. Personalmente me encanta, siendo uno de mis jugadores favoritos. Este chico se merece estar en un equipo con altas aspiraciones y los de Sacramento por el momento no logran ese objetivo. No obstante, quizás en un futuro.

Sólo nos queda disfrutar de este pequeño genio, del cual muy a mi pesar, muchas personas aún no han apreciado ni valorado su esfuerzo, cosa que espero que cambie.

Sigue enamorándome, Isaiah.