Llegamos al ecuador de la temporada, y ya se puede tachar a varios equipos con el calificativo de decepción, y entre ellos, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Detroit Pistons es uno de los equipos más decepcionantes de la temporada 2013/2014.
La franquicia de la MoTown no carbura, pero lo peor es que no hay señales de que vaya a hacerlo en un futuro cercano, porque cuando un proyecto está mal planificado, al final la lógica dicta sentencia. Que nadie se engañe, calidad hay, y a raudales, pero ni el GM ni el entrenador son los adecuados. ¿Tienen entonces Joe Dumars y Maurice Cheeks toda la culpa del desastre actual de los Pistons? Evidentemente no, como también lo es que por lo menos gran parte de ella sí que tienen.
Le época dorada de Dumars como GM de los Pistons hace tiempo que pasó, desde la fisura de la segunda generación de Bad Boys que consiguió el anillo la decadencia de los Pistons es cada vez más agravante, ya son unos cuantos años los que llevan los aficionados del Palace sin recibir alegría alguna.
Este verano, Joe Dumars recibía un ultimátum, su puesto estaba en peligro, pero consiguió firmar a Josh Smith y Brandon Jennings y drafteó a Kentavious Caldwell-Pope. Por nombres, la ilusión volvía a surgir entre la parroquia Piston, pero… ¿Estaba la plantilla realmente bien planificada? Evidentemente no.
La franquicia de la MoTown no carbura, pero lo peor es que no hay señales de que vaya a hacerlo en un futuro cercano, porque cuando un proyecto está mal planificado, al final la lógica dicta sentencia. Que nadie se engañe, calidad hay, y a raudales, pero ni el GM ni el entrenador son los adecuados. ¿Tienen entonces Joe Dumars y Maurice Cheeks toda la culpa del desastre actual de los Pistons? Evidentemente no, como también lo es que por lo menos gran parte de ella sí que tienen.
Le época dorada de Dumars como GM de los Pistons hace tiempo que pasó, desde la fisura de la segunda generación de Bad Boys que consiguió el anillo la decadencia de los Pistons es cada vez más agravante, ya son unos cuantos años los que llevan los aficionados del Palace sin recibir alegría alguna.
Este verano, Joe Dumars recibía un ultimátum, su puesto estaba en peligro, pero consiguió firmar a Josh Smith y Brandon Jennings y drafteó a Kentavious Caldwell-Pope. Por nombres, la ilusión volvía a surgir entre la parroquia Piston, pero… ¿Estaba la plantilla realmente bien planificada? Evidentemente no.
El primer error fue nombrar a Maurice Cheeks como entrenador. En teoría, del bueno de Cheeks se suponía que era un entrenador defensivo, pero nada más lejos de la realidad. Los Pistons no defienden nada, y lo que es más preocupante ¿Cómo pueden ser de los equipos que más puntos reciben en la pintura teniendo semejante batería interior? Incomprensible. Pero no es la única pega que se le puede poner. La obsesión en el Stuckey-sistema o los pocos minutos de jugadores muy aprovechables como Luigi Datome y Jonas Jerebko desquician y mucho a los fans de los Pistons. Pero aún hay más… Los jóvenes, a excepción de Andre Drummond, no progresan de la mano de Mo Cheeks, no hace falta nada más que ver el mal uso de Greg Monroe en este equipo. Sinceramente, jamás entenderé que entrenadores como Lionel Hollins (al que el equipo de los Pistons le viene como anillo al dedo) o George Karl estén sentados en el sofá de su casa mientras Coach Cheeks sigue impartiendo lecciones de cómo no dirigir un equipo con las posibilidades de estos Pistons.
Respecto al roster. Si antes no estaba claro, ahora la está. Josh Smith y Brandon Jennings no eran los jugadores que el equipo del estado de Michigan necesitaba. Smith, Monroe y Drummond no funcionan juntos, más que nada porque solo Drummond juega en su posición natural. Respecto a Jennings, su mejora como director está siendo más que notable, sorprendiendo agradablemente a un servidor, pero… ¿Era un jugador tan anárquico y con una selección de tiro tan pobre lo que necesita Detroit? Yo creo que no.
Llegados a este punto… ¿Es el tanking una buena opción? Detroit es ya el décimo peor equipo de la NBA y bajando. Puede que el tanking sea una opción válida, pero habría que perder muchos partidos y que la lotería fuese benévola. También se ha hablado de traspasar a Greg Monroe, algo que no sería visto con malos ojos si acaba saliendo sin recibir nada a cambio en verano.
En resumen, son tiempos difíciles para ser un Piston, pero hay que creer en que este grupo de jugadores jóvenes, que a pesar de las calamidades del Dumars y Cheeks, haga que la franquicia de la MoTown reverdezca viejos laureles. A la espera de que cambien las cosas, a uno no le queda otra cosa que decir que una vez que se es un Bad Boy, jamás se puede dejar de serlo, por muy degradante que sea la situación.