Johnathan siempre ha sido un jugador eclipsado. Eclipsado por jugadores de su nivel, pero con más oportunidades al jugar en equipos de mejor nivel. Pero John Wall es uno de los mejores bases de la NBA pese a que su situación no le favorezca.
Nacido en junio del 90 en Carolina del Norte, John jugó para los Kentucky Wildcats. Sus promedios eran los de un base atlético, fuerte y con talento. 17 ppp, 5 rpp y 7 app. Solo jugó una temporada en la universidad y se declaró elegible en el draft 2010. No fue ninguna sorpresa que el primer nombre pronunciado por Stern fuera el del joven base de North Caroline. El jugador había sido finalista del premio Naishmith, equivalente al MVP universitario. En aquel momento (y ahora) los Wizards, equipo que tenía la elección #1 en aquel año, estaban sumidos en la mediocridad. La idea era convertir a Wall en su jugador franquicia y rodearlo bien.
Las primeras sensaciones que dio el jugador en la NBA no pudieron ser mejores. Segundo rookie en dar 9 asistencias en sus primeros tres partidos tras Oscar Robertson. Pero a pesar de los destellos individuales de Wall, los WW terminaron esa temporada 2010-11 con un record de 23-59. Mientras bases como Paul, Rondo, Westbrook etc destacaron, JW se quedó renegado a un segundo plano. Repasando sus virtudes individuales, sacamos en claro que es un base en peligro de extinción: el base atlético. Con un físico imponente, no se queda ahí y además cuenta con una gran visión de juego y anotación. Además, hay un dato importante: tiene uno de los radios asistencias/pérdidas más bajos de la NBA. Al cabo de aquella temporada fue incluido el mejor quinteto de rookies del año, pero seguía insatisfecho.
Al año siguiente la famosa cita de Phil Jackson sobre el cierre patronal “la temporada del asterisco” se repitió y la liga se vio reducida. Los Magos de la capital no hicieron mas que empeorar su registro (20-46) y anclarse a los últimos puestos de la NBA. Mientras que Wall ya se planteaba un cambio de aires, los Wizards pusieron la chequera encima de la mesa y se lo replanteó. Recién finalizada la temporada, John Wall ha promediado 18/4/8, números destacables pero ensombrecidos por el fracaso colectivo. Los Wizards le han prometido dotarle de un equipo competitivo para su nivel, promesa que veremos si se cumple. Porque es un jugador con potencial suficiente como para dominar la liga. Quien sabe que podría ocurrir si se integra en un equipo que pueda complementar sus necesidades para optar a algo en la liga.
Ahora, recién renovado por 5 años (y 80 millones) su contrato con la franquicia de Washington, parece que seguirá optando a ser uno de los mejores bases de la NBA, pero sin haber probado el sabor de los PlayOffs, ni de lejos. Al menos, por ahora.
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