Pero Miami Heat no se quedaba atrás, y para poder luchar por el título se hacía con Ray Allen y Rashard Lewis, reforzando así su tiro exterior.
Otros equipos como los Houston Rockets o los Denver Nuggets, también hicieron sus deberes en verano y adquirieron grandes jugadores como James Harden o André Iguodala.
La lesión de Rajon Rondo a mediados de temporada nos dejaba a todos con el cuerpo frio, se nos iba la magia verde para toda la temporada, acabando así también con muchas de las oportunidades de los Celtics en los playoffs. La cara de Pierce al enterarse por un periodista en el post-partido de lo que podía tener su compañero, lo dice todo.
Mientras los Lakers empezaban a decepcionar. Otros equipos como los Denver Nuggets o los Memphis Grizzlies ilusionaban a sus aficiones con juego rápido, buena defensa, y un gran trabajo en equipo, liderados por dos grandísimos entrenadores como Lionel Hollins y George Karl (entrenador del año) que, curiosamente (y extrañamente, sobretodo en el caso de Hollins), no seguirán en sus equipos la próxima temporada.
Además, por si los Lakers tuvieran pocos problemas, llegaría justo al final de la temporada regular, y cuando luchaban por entrar en los playoffs, la gravísima lesión de Kobe (tendón de aquiles, de 6 a 9 meses KO)
Damian Lillard (elección número 6 del Draft de 2012), arrasó en las votaciones al Rookie del Año, superando por una amplia mayoria al número 1 del Draft, Anthony Davis.
Kevin Durant se llevaba el golpe más fuerte de su carrera, tras ser arrasados en semifinales de conferencia por los Memphis Grizzlies. La lesión de Rusell Westbrook en primera ronda vs Rockets, clave.
Si algo nos ha dejado claro el temporadón de Indiana Pacers, y sobretodo los playoffs y su duelo individual con LeBron James, es que ha nacido una estrella, Paul George.
Pero, de momento, sigue reinando el mismo, un año más, y van 4 en temporada regular, Lebron James, se llevó el MVP de la temporada (4), el anillo (2), y el MVP de las finales (2).
Y también, un año más, me rindo ante el talento, la clase, el nivel, del gran Tim Duncan, que aunque haya acabado hundido por fallar un palmeo que el admite "infallable", ha vuelto a demostrar, insisto, un año más, a sus 37 años, que es una leyenda viva de la NBA.
Y acabo el reportaje con una imagen que bien podría ser del final de la temporada pasada, y es que aunque hayan pasado 12 meses, no todo cambia...
