El complicado vuelo de los Hawks

Cuando os guste una chica normalita vuestros amigos os preguntarán el motivo, y seguramente os dirán que las hay mejores, más guapas o que tienen algo más. Algo así me pasa a mí con los Atlanta Hawks. Mientras otros tenían estrellas emergentes y cracks, “los míos” veían como su estrella se apagaba y como se aproximaban tiempos duros, tiempos de cambiar y renovarse, algo que nunca es fácil.

En efecto, no está siendo nada fácil, y es que, no hay más que ver como los Hawks cada año han rebuscado en el mercado con tal de encontrar algo que los impulsara a dar otro paso más. Renacer es complicado y más cuando buscas un sustituto a alguien insustituible, cuando esperas que Josh Smith, grandísimo jugador, llene el vacío que Wilkins dejó en la cancha, en los aficionados y en el deporte.

Centrándose un poco más en el presente, Atlanta tuvo que tomar la dura decisión (dura para el resto del mundo, pero para mí, como humilde seguidor de esta franquicia, acertadísima) de liberarse de la pesada carga que era Joe Johnson, y es que muchas veces su aportación se alejaba mucho de lo que prometía en los despachos tras firmar un contrato digno de una estrella que dejó patente, él no era. Sin él, comenzaba en Atlanta lo que parecía otra travesía y por suerte, no lo ha sido. Un Teague más acertado que de costumbre en el liderazgo del equipo, con una zona que, sin ser de las más fuertes, se ha convertido en una de las más decisivas y que mejor encajan entre sí y con una gran profundidad en el banquillo.

El juego exterior ha ganado peso gracias a un renovado Korver que parece, regresa a su mejor momento, ese en el que apuntaba maneras en Utah. No se queda atrás el novato John Jenkins que apunta maneras (muchas). Mientras tanto parece que la franquicia sigue con problemas en algunas posiciones, con jugadores que quizá necesiten algo más, como Devin Harris, que no parecen explotar jamás.

Caso aparte está siendo Louis Williams, que está dando la magia que muchas veces necesitaban los Hawks cuando se atascaban. Su gran aporte desde el banquillo tapa cualquier problema que pueda tener una segunda línea algo floja pero capaz de aportar en los momentos importantes.

No podía fallar, el ídolo de las gradas, Olajuwon en la zona, Larry Bird desde la línea de tres, Vince Carter para matar, Steve Nash para asistir y Shaq para rebotear. Esta combinación perfecta… es todo lo contrario a Zaza Pachulia, y sin embargo, ahí está. Sin un gran talento para el baloncesto, se ha ganado el cariño de la grada, y siempre está bien tener a esta clase de jugadores que además, en forma de milagro,  a veces nos sorprenden con partidos para recordar.

A partir de ahí, la plantilla concluye con jugadores de escasa aportación salvo en momentos puntuales donde su nombre aparece más que de costumbre. Con Larry Drew a los mandos de este pájaro, todos esperamos que ese paso hacia el éxito llegue ya, y es que cada minuto que pasa, se habla más y más del futuro de ciertos jugadores tan importantes como Josh Smith, y su marcha podría volver a suponer un paso atrás y no un acierto, como lo fue la venta de JoJo.

Que Wilkins y Webb no van a volar en Atlanta está asumido, que no tiene sustituto está claro, pero, ¿Por qué no deberían decir esto dentro de unos años con los vuelos de J-Smoove? ¿Y de la mano con tanta calidad que atesora el bueno de Al? Estos Hawks no necesitan ningún cambio, necesitan creer en su trabajo, en su labor y en su calidad. Un equipo sin nombres pero con hombres, un equipo llamado a más.