Ahora o nunca. Esa es la sensación que transmite la Selección Española. Un combinado que afronta su último gran año y al que se le ha presentado una opción casi milagrosa para llevarse su segundo Mundial. La última bala del núcleo duro de la Selección —Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón y Felipe Reyes— se une a la renuncia masiva de las estrellas americanas. El resultado es un clima perfecto para que los doce elegidos por Orenga se planten en la final del día 14 y pongan una reluciente guinda a su ya repleta carrera internacional. El reto, no hay que dudarlo, es mayúsculo; la recompensa, mayor aún.
José Manuel Calderón (Base) El flamante base de los Knicks afronta su tercer Mundial con un rol muy definido en el sistema de Orenga: templar los nervios de los dos jóvenes bases y ser ese jugador cerebral que es capaz de llevar el encuentro al ritmo que más le convenga. Con un palmarés envidiable, un nuevo título mundial pondría el broche de oro a las obligaciones del extremeño con el combinado nacional. Una carrera repleta de éxitos.
Sergio Rodríguez (Base) El 'chachismo' tiene que hacer su aparición. La Selección, en algún momento, necesitará la magia del canario para desatascar un partido encallado, algo típico en partidos donde hay algo más en juego que el honor. Como ya hiciera en el Mundial de 2006 ante Argentina, el baloncesto de Sergio es capaz para coger el partido y darle un giro de 180º grados.
Juan Carlos Navarro (Escolta) Otro de los pesos pesados del combinado nacional que empieza a plantearse ver los campeonatos desde la televisión en el sofá de casa junto a su mujer y sus hijas. Navarro será, un verano más, ese killer que toda plantilla necesita. Carretón tras carretón, 'la Bomba' será el principal baluarte exterior de la Selección. Si está acertado, España llegará lejos.
Sergio Llull (Escolta) Para el menorquín, estos años en la Selección a la sombra de Navarro han sido como una clase particular sobre cómo jugar a baloncesto. Llull debería empaparse más si cabe de la sabiduría de Navarro, que cuando el catalán se retire alguien pueda ocupar su lugar. En este Mundial, España ha estado jugando con situaciones de tres pequeños en las que Llull puede hacer mucho daño con su explosividad y su habilidad para atacar el aro.
Rudy Fernández (Alero) La eterna duda. Si el madridista llega bien físicamente al Mundial, puede hacer estragos en las defensas rivales. Sin embargo, es casi más importante para Orenga que llegue bien psicológicamente, pues un Rudy inspirado es un arma de destrucción masiva a disposición de la Selección. Si falla, España tendrán un grave problema. Es Rudy o nadie.
Álex Abrines (Alero) ¿Qué se puede decir de un jugador al que no se le ha visto jugar en la Selección? Abrines cumple el perfil de jugador joven que debe aprovechar su convocatoria y la experiencia como un máster acelerado de baloncesto. Mejores maestros no va a tener; mejor situación para aprender, tampoco.
Víctor Claver (Alero) Si hay un jugador con un problema de identidad en la plantilla es Claver. El valenciano todavía no sabe si juega de 'tres' o de 'cuatro', lo que incide en una alarmante falta de confianza de cara al aro. Lo que hace, sin duda, lo hace bien; pero hace tan pocas cosas que a mucha gente deja frío. Si destapa el tarro de las esencias, España llegará a una nueva dimensión del baloncesto.
Pau Gasol (Ala-pívot) Señores lectores de Solotriples: ¡pónganse de pie para leer esto sobre Pau! El faro de la Selección durante muchos años, este parece ser el último año para el catalán, que en baloncesto FIBA sigue siendo uno de los jugadores más determinantes de la historia. Su rendimiento con la Selección está fuera de toda duda. Ganar la final del Mundial sería un punto y final de cuento para la historia de Gasol y España.
Serge Ibaka (Ala-pívot) La evolución de Serge en la NBA ha sido meteórica, hasta el punto de que ha añadido una variedad de recursos a su juego tremenda. Ya no solo domina la defensa y la intimidación, sino que ofensivamente se ha convertido en una opción más que correcta para poder cargar el juego sobre su espalda si hay que dar más descanso del necesario a los hermanos Gasol.
Marc Gasol (Pívot) El cinco más determinante del Mundial. Ese es el mediano de los Gasol. Un jugador que lleva a otra dimensión el estereotipo de 'pívot pasador', pues hace jugar a sus compañeros desde el poste alto. Su juego interior es demoledor y, sin duda, será uno de los mejores jugadores de toda la Copa del Mundo. No en vano, el principal miedo de Estados Unidos a España viene por el poder interior.
Felipe Reyes (Pívot) La entrega y la garra está fuera de toda duda en la figura del cordobés, que se deja el alma cada vez que se enfunda la elástica roja de la Selección. La intensidad de la segunda unidad sube cuando él está en pista, algo que será clave para revolucionar algún partido desde la defensa. Reyes, como siempre, aportará sus cosas.
Este análisis forma parte de la Guía Mundial 2014 de baloncesto FIBA en España
PLANTILLA
Ricky Rubio (Base) El catalán afronta, con 23 años, su enésima competición internacional con la Selección. Para Ricky, el Mundial se presenta como una ocasión pintiparada para espantar todos los miedos que planean en torno a su figura y confirmarse como uno de los grandes bases del panorama internacional. Su gran laguna, como siempre, será el tiro exterior, aunque Rubio tiene condiciones de sobra para castigar a las defensas rivales. Si dirige bien al equipo, la Selección carburará.
José Manuel Calderón (Base) El flamante base de los Knicks afronta su tercer Mundial con un rol muy definido en el sistema de Orenga: templar los nervios de los dos jóvenes bases y ser ese jugador cerebral que es capaz de llevar el encuentro al ritmo que más le convenga. Con un palmarés envidiable, un nuevo título mundial pondría el broche de oro a las obligaciones del extremeño con el combinado nacional. Una carrera repleta de éxitos.
Sergio Rodríguez (Base) El 'chachismo' tiene que hacer su aparición. La Selección, en algún momento, necesitará la magia del canario para desatascar un partido encallado, algo típico en partidos donde hay algo más en juego que el honor. Como ya hiciera en el Mundial de 2006 ante Argentina, el baloncesto de Sergio es capaz para coger el partido y darle un giro de 180º grados.
Juan Carlos Navarro (Escolta) Otro de los pesos pesados del combinado nacional que empieza a plantearse ver los campeonatos desde la televisión en el sofá de casa junto a su mujer y sus hijas. Navarro será, un verano más, ese killer que toda plantilla necesita. Carretón tras carretón, 'la Bomba' será el principal baluarte exterior de la Selección. Si está acertado, España llegará lejos.
Sergio Llull (Escolta) Para el menorquín, estos años en la Selección a la sombra de Navarro han sido como una clase particular sobre cómo jugar a baloncesto. Llull debería empaparse más si cabe de la sabiduría de Navarro, que cuando el catalán se retire alguien pueda ocupar su lugar. En este Mundial, España ha estado jugando con situaciones de tres pequeños en las que Llull puede hacer mucho daño con su explosividad y su habilidad para atacar el aro.
Rudy Fernández (Alero) La eterna duda. Si el madridista llega bien físicamente al Mundial, puede hacer estragos en las defensas rivales. Sin embargo, es casi más importante para Orenga que llegue bien psicológicamente, pues un Rudy inspirado es un arma de destrucción masiva a disposición de la Selección. Si falla, España tendrán un grave problema. Es Rudy o nadie.
Álex Abrines (Alero) ¿Qué se puede decir de un jugador al que no se le ha visto jugar en la Selección? Abrines cumple el perfil de jugador joven que debe aprovechar su convocatoria y la experiencia como un máster acelerado de baloncesto. Mejores maestros no va a tener; mejor situación para aprender, tampoco.
Víctor Claver (Alero) Si hay un jugador con un problema de identidad en la plantilla es Claver. El valenciano todavía no sabe si juega de 'tres' o de 'cuatro', lo que incide en una alarmante falta de confianza de cara al aro. Lo que hace, sin duda, lo hace bien; pero hace tan pocas cosas que a mucha gente deja frío. Si destapa el tarro de las esencias, España llegará a una nueva dimensión del baloncesto.
Pau Gasol (Ala-pívot) Señores lectores de Solotriples: ¡pónganse de pie para leer esto sobre Pau! El faro de la Selección durante muchos años, este parece ser el último año para el catalán, que en baloncesto FIBA sigue siendo uno de los jugadores más determinantes de la historia. Su rendimiento con la Selección está fuera de toda duda. Ganar la final del Mundial sería un punto y final de cuento para la historia de Gasol y España.
Serge Ibaka (Ala-pívot) La evolución de Serge en la NBA ha sido meteórica, hasta el punto de que ha añadido una variedad de recursos a su juego tremenda. Ya no solo domina la defensa y la intimidación, sino que ofensivamente se ha convertido en una opción más que correcta para poder cargar el juego sobre su espalda si hay que dar más descanso del necesario a los hermanos Gasol.
Marc Gasol (Pívot) El cinco más determinante del Mundial. Ese es el mediano de los Gasol. Un jugador que lleva a otra dimensión el estereotipo de 'pívot pasador', pues hace jugar a sus compañeros desde el poste alto. Su juego interior es demoledor y, sin duda, será uno de los mejores jugadores de toda la Copa del Mundo. No en vano, el principal miedo de Estados Unidos a España viene por el poder interior.
Felipe Reyes (Pívot) La entrega y la garra está fuera de toda duda en la figura del cordobés, que se deja el alma cada vez que se enfunda la elástica roja de la Selección. La intensidad de la segunda unidad sube cuando él está en pista, algo que será clave para revolucionar algún partido desde la defensa. Reyes, como siempre, aportará sus cosas.
Este análisis forma parte de la Guía Mundial 2014 de baloncesto FIBA en España