El baloncesto, pese a su larga historia, es un deporte que sigue evolucionando año tras año, década tras década. Jugadores veteranos dejan paso a jóvenes talentos. Nuevos técnicos reemplazan a grandes leyendas de los banquillos. El baloncesto sigue su curso, siempre renovando sus aguas. Pero el cambio generacional también implica un cambio en el juego.
En mi opinión, el mayor ejemplo de este cambio, es el
nuevo perfil de los bases que dirigen la NBA. Las nuevas generaciones de estos pequeños malabaristas del balón son, principalmente, una especie de escoltas pasadores.
El último de estos bases de la “Old School” en retirarse ha sido el actual entrenador de los Brooklyn Nets,
Jason Kidd, uno de los referentes durante muchos años del tipo de base más puro, el base pasador. Actualmente, según mi punto de vista, tan solo quedan tres jugadores merecedores de recibir este título. Uno es el canadiense
Steve Nash, otro el jugador estrella de los Celtics,
Rajon Rondo, y el último, la promesa española
Ricky Rubio. Sin embargo, hay algo que diferencia al primero de los dos últimos. Mientras que tanto Rondo como Ricky, ambos grandes generales del parqué, se ven prácticamente obligados a recurrir a su espectacular visión de juego debido a su deficiente capacidad anotadora desde media y larga distancia, Nash ha demostrado pertenecer al perfil que he citado anteriormente. Asistir siempre ha sido su primera opción. El jugador de los Lakers ha sido durante años el heredero del mítico
John Stockton, el que para muchos es, tras
Magic Johnson, el mejor base de todos los tiempos. Sin embargo, parece que el fin de la carrera del ex-jugador franquicia de los Phoenix Suns se acerca a pasos agigantados, debido a múltiples factores, como son el desastre de temporada que llevaron a cabo el año pasado Los Ángeles Lakers, la notable bajada de sus estadísticas y, en gran medida, las lesiones que viene sufriendo en los últimos meses, que le han tenido apartado durante muchos partidos de la competición. Y es que no hemos de olvidar que
este genio del balón cumplirá 40 años en febrero del año que viene, lo que en un baloncesto tan físico como el actual es prácticamente un hito.
Ha llegado el momento de dejar paso a la nueva generación de bases, liderada por estrellas como
Derrick Rose, Kyrie Irving, Russell Westbrook o Stephen Curry, para permitir que este deporte siga evolucionando.