A principios del pasado Junio, el mundo del basket europeo se sorprendía por el triunfo del modesto JSF Nanterre en la liga Francesa. El equipo, 8º en liga, en su segunda temporada en la elite, se había cargado al líder de la regular, al campeón del año anterior y al 2º de la regular, todos con factor cancha en contra con solo 1 millón de euros de presupuesto para jugadores. La liga Francesa es lo que tiene, todo ello sin licencias (ver http://www.solotriples.com/2013/05/bertomeu-gran-canaria-y-zaragoza-son-de.html ).
Toda una sorpresa, aunque anteriormente ya se habían mostrado a Francia llegando a la final de Coupe de France ante los vecinos del Paris Levallois, a la postre vencedores. No en vano, el formato de esta competición, a eliminatorias a doble partido entre equipos de ProA y ProB indistintamente -que aprendan ACB y FEB- suele dar lugar a situaciones de este tipo.
El premio al campeonato era jugar la Euroliga, algo impensable para una entidad que no supera el millón de euros en salarios. Las estrellas Chris Warren y Juan Palacios, pese a jugar la máxima competición continental, marcharon con mejores ofertas económicas,. El hecho de mantener el bloque y los fichajes dejaron claro que su potencial no da para mas, con fichajes de ProB y melones americanos universitarios por abrir (Al estilo LEB).
Y es que finalmente, el club reaccionó ante la inminente participación en la Euroliga, nuevos fichajes y un nuevo pabellón para llegar a los mínimos de la Liga de Bertomeu. El medallista francés Ali Traore y el ucraniano (con grandes números en el Eurobasket) Serhy Gladyr completan una plantilla eléctrica y física, aunque carente de fundamentos tácticos, pero la liga francesa es así. Jugadores jóvenes, rápidos y atléticos, que recuerden a los Adrien Moerman, Edwin Jackson o al NBA Evan Fournier, todos ellos ex jugadores de la JSF Nanterre.
Los abonados, que no superan la mitad del aforo del pabellón, tendrán la oportunidad de ver a los mejores equipos de Europa, CSKA, Barcelona o Fenerbahce, al otro lado de Paris, en una sala polivalente (llamados Halle, en Francia) para 4.500 espectadores. Y todos esos partidos por menos de la mitad de lo que costaría una entrada futbolera en nuestro país.
Porque todo en este club es amateur, hasta los precios.
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