El rey se queda sin enemigos

Recuerdo con anhelo cuando decía la gente, muy sabia la mayoría, que Lebron no era tan bueno y que sin anillos jamás sería nadie. Quizá se les olvidó que ese día llegaría, que James podría ganar un anillo y no pensaron en qué argumento usar en su contra. Ese día llegó y con él, el final de todos aquellos que día tras día juzgaron una carrera destinada al éxito.

Con la temporada regular llegando al final, Lebron ha vuelto a hacerlo, a dejar al mundo sin palabras. Poco se ha hablado esta temporada de su duelo con Kevin Durant, Carmelo Anthony o Kobe Bryant, y es que parece ser, ya no existe. Sigue presente y eso es algo evidente, pero nadie está a su nivel. Las críticas que llegan ya no pueden ir en contra de su juego, es imposible. Podréis leer que se está quedando calvo y demás chistes sobre su apariencia, pero parece ser que la época de criticarle ya pasó.

Cifras que incluso superan a las que nos dejó el Dios del baloncesto en su momento, imprimiendo en la pista una superioridad aplastante frente a cualquier rival. Demostró el año pasado que sí quería, también era un jugador “clutch” – otra de las cosas que se le echaba en cara - . Un líder sobre la pista, tanto ofensiva como defensivamente. Cada 30 días, recibe el premio a jugador del mes en su conferencia y parece que ha convertido la carrera por el MVP en uno de los paseos que tan comunes suelen ser en las carreras de Sebastian Vettel.

Podréis entender esto como un pequeño texto pelotero hacia el llamado rey, pero no se confundan, no muestro poco más que datos y realidades. Veremos si este año, Lebron vuelve a quitar peso al argumento de “el campeón sin anillos” consiguiendo el que sería, su segundo tesoro. El MVP parece estar en el mejor momento de su carrera, y por el bien del espectáculo, que dure.