Lo cierto es que Paul George es uno de esos jugadores de nueva generación, los futuros Wade, LeBron, Melo… Los que deben ser el futuro de la selección estadounidense. Está el propio alero de los Pacers, o jugadores de la talla de Curry, Irving o DeMarcus Cousins, ya estrellas consagradas en sus respectivos equipos y, se supone, el futuro de la liga y del baloncesto americano.
Ayer Paul George tenía ese primer duelo, esa oportunidad de demostrarle al mundo del baloncesto que además de ser una estrella en Indiana (3er mejor equipo del Este y ahora en las Finales de Conferencia), puede ser una estrella de la NBA, que puede plantar cara a LeBron James. Y George respondió, George hizo un partidazo, para recordar queda el triple que mete al final del último cuarto para forzar la prórroga, con LeBron delante, sí, con el rey defendiéndole.
Pero también es cierto que hay que tener en cuenta el segundo asalto, la prórroga del partido, y ahí el King se encargó de recordar a la promesa porque sigue siendo el Rey, porque su equipo es campeón de la NBA, y porque él es el MVP de esta temporada, la bandeja ganadora sobre la defensa de P.George, o su triple-doble, ya histórico (primer jugador que logra un triple-doble y una canasta ganadora en el mismo partido en la historia de los PlayOffs) también quedarán para el recuerdo.
Pero todo esto son solo ejemplos de un duelo fascinante, un duelo entre dos equipos que se hablan de tu a tu, un duelo entre dos estrellas que se miran a la cara y se baten directamente con acciones fascinantes, un duelo que promete muchas alegrías para los amantes del baloncesto, y muchos dolores de cabeza para los seguidores de los Heat y de los Pacers.
Y en mi humilde opinión, este artículo sólo lo puedo terminar con un deseo, ojalá la serie dure siete partidos.