Que hay de nuevo, viejo

Quién lo diría hace unos años, cuando el Real Madrid no era capaz de alcanzar los puestos que daban derecho a acceder a la Euroliga, quedando obligado a jugar la antigua ULEB  relegado de manera cruel a jugar un papel diferente y menor en el baloncesto europeo.


Esos tiempos parecen completamente olvidados y, rompiendo con maleficios y dichos, el nuevo Madrid ha hecho malo el dicho de ‘todo pasado fue mejor’. El conjunto merengue ha despertado de su ostracismo baloncestístico para dar un golpe en a mesa y reclamar lo que es suyo: el trono europeo.

El Real Madrid ha vuelto a hacer un equipo potente y fuerte que aspira a todo. Basándose en el juego directo del contraataque, la intensidad defensiva y el dominio del rebote en ambos lados de la pista, los blancos han metido el miedo en el cuerpo a sus rivales y han logrado ser uno de los principales candidatos en las quinielas para llevarse el título.

En la presente edición de la máxima competición europea, el balance con el que se presenta el Real Madrid es de 16 victorias frente a 4 derrotas en 20 partidos. Sus credenciales están sobre la mesa y jugadores experimentados aunque jóvenes (media de edad 25,8 años) y con una calidad impresionante sobre la pista.

El pasado año ya quedó clara su apuesta por volver a la élite, y no sólo de España, sino de Europa. Durante el lock-out de la NBA pudo contratar a Rudy Fernández (con quién firmó un contrato de futuro) e Ibaka. Ambos jugaron varios partidos con los de Pablo Laso, aportando al equipo un carácter ganador y un coraje que les llevase a poner los cimientos de un proyecto duradero, ganador y ambicioso.

Ahora, en la presente campaña, Ibaka juega en la NBA, pero Rudy ha decidido quedarse en el Madrid como líder de un proyecto que apunta alto. Acompañado por jugadores como Carroll, Llull, Felipe Reyes, Mirotic o Sergio Rodríguez han conseguido buen juego y resultados como para pensar que no solo en el presente, sino también en el futuro este equipo puede hacer cosas muy grandes.

No hay que quitar mérito al trabajo de Pablo Laso, que regresó a la Casa Blanca con mucha polémica y, sobre todo, envuelto en una gran nube de dudas en torno a si era o no el técnico adecuado para dirigir el esperanzador proyecto de la sección de baloncesto. Sin embargo, poco tardó el técnico de Vitoria en demostrar, no solo su valía, si no también su capacidad para motivar extraordinariamente a los jugadores e implantarles un carácter ganador, que hasta entonces andaba escondido entre las butacas del Palacio de Deporte de la Comunidad de Madrid.


El Real Madrid parece haber vuelto para quedarse, parece haber vuelto para hacer cosas grandes, propias de su historia. Y es que no hay que olvidar que el Real Madrid es, por mérito propio, el rey de Europa, con 8 títulos continentales.

Y que nadie lo dude, este Real Madrid apunta cada vez más alto, y no creo que se conforme con la Final Four...